El “Caso Herrejón” es mucho más que una querella penal. Roza el vértice de un entrecruzamiento de intereses económicos y políticos en la cúspide de los negocios financieros y del poder. Hay muchos intereses detrás donde se menciona como involucrado a un banco, CI, una casa de bolsa, Masari (en trámite para hacerse banco), a un presidente de un partido político, un exgobernador y quizá hasta a un expresidente de la República. Lo que vemos es nada contra lo que es.
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Desde diciembre del año anterior, en espacios de opinión de la prensa especializada en finanzas, aparecieron versiones —nunca confirmadas—, de que las autoridades fiscales y financieras del país habían iniciado un exhaustivo proceso de revisión a las actividades de Masari Casa de Bolsa —de la que es accionista el mexiquense Manuel Herrejón Suárez, secretario de Vinculación Empresarial del Comité Ejecutivo Nacional del PRI— supuestamente bajo sospecha de ejecutar movimientos irregulares. Siete meses después, su padre Óscar Manuel Herrejón Caballero es aprehendido, encarcelado y vinculado a proceso por el delito de violación en contra de una sus empleadas. La desgracia de los Herrejón parecería estar asociada a su cercanía con el polémico presidente del PRI, Alejandro Moreno, quien sería el verdadero objetivo de las investigaciones.
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Si alguien puede tener información detallada sobre la incalculable fortuna de “Alito”, son los Herrejón. Durante mucho tiempo fueron sus asesores y operadores financieros, primero desde MONEX, después en CI Banco y recientemente desde Masari Casa de Bolsa. Del avión de los Herrejón, un Hawker 850XP, “Alito” suele disponer como propio. En muy buena medida, el éxito económico del padre como del hijo coincide en el tiempo en que estrecharon vínculos con “Alito”. Si los presionan y hablan podrían hundir al presidente del PRI.
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Quien conoce bien a Óscar González Yáñez sabe que no está sufriendo por la defenestración política aplicada por su dirigencia nacional. Él ya había ganado, quienes perdieron fueron aquellos a quien embelesó con sus promesas. Óscar será diputado, seguirá viviendo como rico y mantendrá cierta influencia en la entelequia llamada PT. Los acuerdos y pactos en política son como las salchichas, hechas de despojos, pero a quien le gustan le saben muy bien.
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Las candidaturas del PRI están tan devaluadas que ya cualquiera las desprecia. Lo que sucede en ese partido, hasta hace no mucho imbatible y hegemónico, es de pena ajena. Se ha vaciado. La dirigencia estatal, como Nerón, observa y toca la lira mientras el incendio corre. El partido se redujo a agencia de colocaciones de representación proporcional.
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Próximo viernes en el Conversatorio AD el candidato de Morena a la alcaldía de Toluca, Ricardo Moreno, que nos habla sobre sus ideas de cómo, desde la izquierda, rescatar de la corrupción, la incompetencia y la mediocridad al municipio. No se lo pierdan.