VIDEO | Camino al sueño americano; migrante haitiana echa raíces en Neza

VIDEO | Camino al sueño americano; migrante haitiana echa raíces en Neza
Nayala narró que se sentía insegura y pidió apoyo a sus padres para buscar una mejor situación, juntos decidieron que saliera de Haití

Nayala tiene una gran sonrisa, y sus carcajadas llenan su entorno. Parece que esta joven de 22 años es muy feliz, pero la nostalgia se hace presente de manera constante por haber dejado su país, Haití, sus padres, su hermano adolescente y sus estudios universitarios.

Salió de Puerto Príncipe, capital de su tierra natal, ante la explosión de la violencia en su comunidad, para ponerse a salvo, por lo que dejó truncos sus estudios en la carrera de Relaciones Internacionales, donde se graduaría este 2024.

Crisis haitiana

En una cocina económica de un mercado de Nezahualcóyotl, en la colonia Raúl Romero, encontró trabajo, lo cual es un triunfo, ante el número de sus compatriotas que han llegado a esta zona en los límites con Iztapalapa, en la Ciudad de México, y buscan ganar dinero.

Desde hace años, su país ha enfrentado una crisis política y un vacío de poder, que se exacerbó con el homicidio de quien fuera el presidente de Haití, Jovenel Moïse, tras una incursión a su residencia en Puerto Príncipe. Las disputas políticas y la violencia generada por la delincuencia que vio una oportunidad en la inestabilidad del país, desencadenó caos social, miedo, incertidumbre y precariedad en su economía, hasta ahora.

Ante ese panorama, muchos, entre ellos Nayala, dejaron su tierra natal. Ella narra que se sentía insegura y pidió apoyo a sus padres para buscar una mejor situación. Juntos decidieron que saliera de Haití, pues el temor no la dejaba ni dormir en las noches, ante la ola de ingresos de los delincuentes a los domicilios. También ir a la universidad se convirtió en un riesgo.

“No puedo ir a la escuela, un día va, otro no. Voy a ver a mi papá, le digo, no puedo dormir bien, no puedo vivir bien. Me pregunta qué voy a hacer. Voy a la Nicaragua si tiene (usted) dinero, si no, me regreso a estudiar (a Puerto Príncipe, con el riesgo que ello implicaba). No sabía qué hacer. Yo estudiaba Diplomático, Relaciones Internacionales. Me faltaba un año. Este año va a ser mi graduación, tengo mi papel”, y muestra sus documentos en idioma francés.

Su travesía

En la red social TikTok, hay videos del recorrido de haitianos por diferentes geografías del continente; se les ve a pie, en camionetas, hacinados, por zonas áridas y otras verdes. Sin embargo, varios ahora están en zonas de la CDMX y del Estado de México.

A Nayala se le perdió su teléfono móvil, donde tenía muchas fotos en los mismos lugares, pues igual lo vivió ella. Salió en avión a Nicaragua, fue a Honduras en camión, y luego camino “mucho, mucho” para llegar a Guatemala. En la frontera sur de México, la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) le otorgó una visa de estadía temporal para permanecer en territorio mexicano por un período mayor a 180 días y no mayor a 4 años. No sabe si también dan ayuda económica —como muchos mexicanos lo suponen—.

De Chiapas, donde dice que hay bastantes africanos, cubanos, venezolanos, haitianos, nicaragüenses y de otras nacionalidades, estacionados, el grupo de acompañantes de Nayala decidió salir de allí, tal y como otros conocidos les recomendaron, y mejor ir a la capital del país. Así llegaron a Nezahualcóyotl, donde rentan y varios de sus compatriotas ya forman parte de la economía local, trabajando en talleres mecánicos, autolavados y otros pequeños negocios formales e informales.

El sueño americano

Ella desde aquí y sus padres desde Haití han aplicado para ser aceptados en Estados Unidos, su sueño es “La Florida”. En tanto, Nayala quiere culminar sus estudios en México.

Camina segura, como ella misma dice sentirse, por este mercado. Todos van saludándola, y ella también con esa gran sonrisa que tiene. “Hola.. hola… hola”, va contestando. La señora que le despacha la verdura para el guisado que ayudará a preparar a Norma, quien le dio trabajo a ella y a otras dos de sus conocidas, dice que los locatarios les tienen cariño, porque se conduelen de su situación. “Nosotras las queremos”, y explica que saben que es triste su situación al dejar su país. “Pobrecitos”, resume.

Nayala se siente estimada y observada por su tono de piel. “Aquí me gusta el mercado, me siento bien. Tengo siete meses aquí de septiembre a abril, vine aquí 27 de septiembre de 2023, son 6 en total, (pero) sin mi familia (estoy) un poco triste, también, lo(s) extraño mucho. (Aquí) me trata bien y (son) menos racista(s)”.

Sus padres le mandan mensajes vía WhatsApp todos los días. Le piden que se cuide de la inseguridad mexicana y que se encierre en su casa. Al salir de trabajar, eso es lo que ella hace. No conoce casi nada del país, aunque sí quisiera.

México menos racista

El Programa de Estudios Universitarios sobre la Ciudad (PUEC), de la UNAM, ha advertido que el tránsito de las mujeres migrantes es altamente vulnerable, pues además de sufrir violencia sexual, intrafamiliar y secuestros, padecen también el rechazo de la población por estereotipos negativos cargados de racismo y discriminación racial, y la zona metropolitana no es la excepción.

Aunque en menor escala, algunos habitantes de este municipio —que también ha sido discriminado al considerarlo solo “comunidad dormitorio”, donde se cree que sus habitantes trabajan en la capital del país y solo llegan a descansar en la noche a sus hogares, y que es de precarios servicios, por lo que la denominan “Nezalodo”— también llegan a ver mal a los migrantes negros.

Norma, dueña de la cocina económica que da trabajo a Nayala y a sus dos compañeras —ayudando a cocinar, a picar y lavar vegetales y carne, a atender y repartir comida— las ha defendido de quienes las discriminan. En un par de ocasiones le han pedido que ella no sirva la comida, por lo que Norma pide no hacer diferencias entre ella y sus empleadas.

“Ayer, justo un cliente me dijo, pero a ella no me la mandes porque es grosera; le digo ella no es grosera, si usted la agrede, ella se va a defender, es como cualquier persona, si usted se porta mal, no espere que lo traten bien. Su trabajo de ella vale así como su dinero. Yo las defiendo mucho”, cuenta a AD Noticias.

Pese a todo, extraña a su familia, comida, costumbres y carnaval, algo de este se hace presente en Neza, cuando Nayala y sus amigas trabajan, pero también cantan y se contonean con música en su idioma natal: el criollo haitiano, que suena desde uno de sus teléfonos móviles.