El proceso electoral se desarrolla con normalidad en todo el territorio del Estado de México. Los incidentes de violencia son excepcionales y no configuran el rompimiento de la paz. Lo que hay es una estrategia mediática de exageraciones, medias verdades y mentiras completas para intoxicar de angustia y furia a los electores. En el cálculo desesperado de quienes se saben abajo en las preferencias, generar miedo y resentimiento social podría ayudarles. Están desesperados.
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El universo de candidatos en campaña es superior a 5 mil personas que compiten por 125 presidencias municipales, 75 diputaciones locales, 40 federales, 2 senadurías, 136 sindicaturas y 966 regidurías. Hasta hoy se han reportado solo 6 incidentes violentos que pueden ser considerados graves. Solo en imaginaciones afiebradas podría considerarse que la elección está en riesgo o bajo acoso de fuerzas malignas.
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El próximo miércoles terminan las campañas, los candidatos poco podrán hacer en el puñado de días que restan para modificar el ánimo social. La mayoría de los electores mexiquenses ya tomaron la decisión de por quién votarán. No hay una sola encuesta seria levantada en el Estado de México que coloque arriba a la alianza PRI-PAN-PRD-NA en la carrera por la presidencia de la República. En distritos y municipios se prevé que gane algunos, pocos y ninguno de los más poblados o de las mayores económicas.
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En la competencia por las senadurías, la ventaja de Higinio Martínez y Mariela Gutiérrez es abismal y prácticamente imposible de revertir. En un lejano, lejanísimo segundo lugar con más de 20 puntos de diferencia, Enrique Vargas y Brenda Alvarado. En tercero, con casi 40 puntos abajo, Fernando Alberto García Cuevas y Nelly Maldonado.
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La intriga y maledicencia contra Paco Vázquez llega a extremos psiquiátricos. No le perdonan la cercanía con la gobernadora y el secretario general de Gobierno, como tampoco que esté perfilado para coordinar a los diputados morenistas en la siguiente Legislatura local. La disputa por el control del Poder Legislativo es brutal.