*¿Cómo juega Eruviel en la sucesión?
*El ascenso de Erasto… ¿El descenso de Manzur?
*Ulises, maniatado y amordazado
1.- Yo no creo que Eruviel Ávila se reduzca a un papel testimonial en la sucesión mexiquense.
En la designación de quién buscará, desde el PRI, ser el próximo gobernador resultaría muy poco recomendable para él, dejar pasar el proceso, impávido. Sobre todo cuando ahí mismo se gesta su pase o eliminación a la presidencial.
Eruviel no es gobernador por casualidad, jugó bien sus recursos, alianzas y amagos y ganó la partida hace seis años.
Las condiciones son otras hoy, es un hecho, pero de ninguna forma me lo imagino inmóvil.
No deja ver aún quien es su prospecto, pero es público quien, definitivamente, no.
2.- Crear para Erasto Martínez la figura de jefe de la Oficina de la Gubernatura, sobre lo que no hay antecedentes en la entidad, es confirmación que es el real número dos en la administración.
Para él un ascenso, que es contra efecto del descenso de José Manzur.
Es probable que la inocultable distracción del secretario General de Gobierno, inoculado por la fiebre electoral, sea razón del rotundo fracaso en un delicado renglón: seguridad pública.
Manzur es uno de los más mencionados wannabes priístas.
No hay un dato cierto, pero es factible que el hecho no sea del total agrado de su jefe Eruviel.
Más allá de cualquier teoría, Erasto es número dos y José, ahora, número tres
3.- Ulises Ramírez está disminuido, casi totalmente neutralizado.
Ya no domina al consejo estatal panista, su coto, ni está en buena relación con el liderazgo nacional de su partido.
Carente de ambas fuentes de poder, se ve maniatado y amordazado.
No se ha rendido y, busca qué ángulo le es más conveniente para no dejar de ser actor.
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