Alcaldes y diputados con ánimos reeleccionistas y saltimbanquis, están peor que caballos desbocados. Cobran salarios completos, pero la mayor parte de su tiempo lo dedican a sus anhelos futuristas. Su reloj electoral está en marcha. Los ayuntamientos funcionan por conductismo, pero en los hechos las administraciones ya cerraron. 2024 será prácticamente un año perdido para la administración pública municipal.
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Fernando Vilchis no puede reelegirse una vez más en Ecatepec, pero maniobra para dejar a su esposa. El pretende ser candidato a senador de la república con el argumento de que fue el segundo aspirante a la candidatura morenista a la gubernatura con mayor aceptación. Después de Delfina, él. Repite orondo. El síndrome del huesismo se da en todos los partidos.
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Del PRI, Raymundo Martínez y Marco Antonio Rodríguez apoyan su deseo reeleccionista en gigantescas estructuras de operación electoral que cuestan muchísimo dinero y que nadie sabe con precisión de dónde sale. Ambos tienen ventaja y es probable que a fuerza de dinero logren el apoyo también de sus asociados PAN y PRD.
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En el PAN, dos de sus alcaldes con los mayores niveles de aprobación: Romina Contreras, de Huixquilucan, y Pedro Rodríguez, de Atizapán de Zaragoza, tienen asegurado el pase a la reelección. En ambos casos no hay quien les compita en el proceso interno. En la elección constitucional serán las figuras para vencer, su popularidad es altísima.
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Entre los diputados locales, el caso más comentado en la conversación política es el del coordinador de la bancada priista, Elías Rescala. Pretende reelegirse y mantener el control del grupo tricolor en la siguiente legislatura.