Huellas en la arena…, las voces de Acapulco que nadie escucha

El pueblo de El Metlapil está ubicado a 40 minutos de la Costera Miguel Alemán en Acapulco, con alrededor de 1,200 habitantes

Por: Ysabela García y Guillermo González

Todo lo que alguna vez conocimos como Acapulco cambió. Nada volverá a ser igual. Los recuerdos, sueños, risas y viajes a una de las playas más populares de México quedarán en nuestra memoria… el 25 de octubre de 2023, el día en que todo cambió para Acapulco.

Cuando hablamos de este municipio en Guerrero, pensamos en La Costera, la Zona Diamante, el corredor hotelero, el bungee, Luis Miguel y hasta Palazuelos, pero ¿qué hay más allá del Acapulco bonito, el que se vende, del que sí se habla?

Los habitantes de El Metlapil sobreviven después del huracán Otis, que azotó Acapulco como categoría 5. Fue el primer fenómeno natural de este tipo proveniente del Pacífico que tocó tierra de esa forma en México, destrozando todo lo que alcanzó a su paso.

Video: Ysabela García y Guillermo González

El pueblo de El Metlapil está ubicado a poco más de 40 minutos de la Costera Miguel Alemán en Acapulco. Es una pequeña localidad con alrededor de 1,200 habitantes. La gente vende coco y tamarindo para vivir. Sin embargo, el huracán Otis acabó con todo a su paso, dejándolos sin comida, agua o sustento, con hambre, heridas y sed.

La mayoría de ellos no tiene transporte para moverse a la zona popular de Acapulco y conseguir víveres. Por lo tanto, deben caminar kilómetros en la carretera bajo el fuerte sol para pedir un poco de ayuda.

La gente de El Metlapil se organizó para levantar los caminos, quitar escombros y remover cualquier obstáculo que impidiera la llegada de ayuda. A pesar de ello, una semana después, seguían abandonados. El pueblo está a un costado de la carretera; sin embargo, deben caminar kilómetros y kilómetros para pedir ayuda, soportando el fuerte calor.

La ayuda es escasa, prácticamente nula, y las condiciones son críticas. Ahora, no importa una televisión, una radio o un refrigerador nuevo que les puedan entregar, ellos tienen hambre, tienen sed, quieren vivir.

En el mar, la vida dejó de ser sabrosa.