Acusan a policía de la CDMX de la desaparición de dos niñas en Chimalhuacán

Meses antes de su desaparición, Azul Yamileth de ocho años pidió ayuda a su abuela Sandra Ibarra, para que la alejara de sus tutores, debido a los maltratos físicos a los que era sometida junto a su hermana

Autoridades activaron una Alerta Amber por la desaparición de dos niñas de 8 y 4 años de edad que se encontraban bajo el cuidado de su abuela, luego de que denunciaran maltrato físico por parte de su madre y padrastro en el municipio de Chimalhuacán.

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Familiares de las menores señalaron que la responsable de la sustracción es su madre Amellali Ernestina, quien se desempeña como policía auxiliar de Seguridad Pública en la Ciudad de México. Asimismo la acusan de ejercer violencia física y psicológica, junto a su pareja, en contra de las menores.

Meses antes de su desaparición, Azul Yamileth de ocho años pidió ayuda a su abuela Sandra Ibarra, para que la alejara de sus tutores, debido a los maltratos físicos a los que era sometida junto a su hermana.

«Ellas sufrían violencia por parte de su mamá y su padrastro, recibían golpes, no les daban de comer, las acostaban en el suelo, les daban bebidas alcohólicas», denunció la abuela de las menores, en entrevista con este medio. «Las niñas están en peligro, están muy pequeñas para seguir cautivas en ese entorno de violencia que ya han sufrido».

En noviembre de 2019, el Ministerio Público de Chimalhuacán cedió los cuidados provisionales y resguardo de las niñas a su abuela Sandra Ibarra, luego de que se levantara una denuncia por maltrato. Al momento de la sustracción, esta medida de protección a favor de las niñas y su abuela seguía activa.

La abuela de las menores continuó con el proceso familiar correspondiente para obtener la guarda y custodia definitiva de Azul y Yuliana, pero la pandemia impidió que avanzará en el proceso.

«Hace mes y medio ya habían acabado los estudios para conocer el tipo de violencia que habían recibido, pero dijeron que iban a guardar la carpeta y que se tenía que detener por la pandemia«, lamentó.

«¿Qué va a pasar con ellas si no las recupero antes? ¿Qué las encuentre mal o muertas? La niña más grande es la que está más afectada. Pido a las autoridades que se apiaden y agilicen la búsqueda. Conmigo no tendrán lujo, pero tienen amor y cariño«, expresó Sandra.

Piden ayuda a García Harfuch y a la SSP de la CDMX

La desaparición de ambas menores ocurrió el pasado 29 de diciembre mientras se encontraban en su domicilio ubicado en la colonia Jardines de San Agustín de Chimalhuacán, Estado de México. Sandra, abuela de las menores, salió alrededor de una hora de su domicilio para atender asuntos laborales y al regresar, su mamá y una de sus hijas le señalaron que las niñas ya no estaban, y que habían sido sustraídas posiblemente por la madre, en complicidad de su pareja y una tía de las infantes.

El pasado lunes 4 de enero, familiares de la menor en compañía de la Colectiva Ehécatl, acudieron a las oficinas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, para solicitar la colaboración de las autoridades y su titular Omar García Harfuch, con el objetivo de dar con el paradero de Amellali Ernestina, quien todavía se encuentra como elemento activo de la corporación capitalina.

Necesitamos que nos ayuden «para saber en qué agrupamiento se encuentra, es urgente saber en qué regimiento se encuentra esta policía para dar con el paradero de las niñas», dijo Carmen Zamora, representante de la Colectiva. Sin embargo las manifestantes no fueron atendidas.

Una escuela se moviliza para encontrarlas

El pasado lunes 4.7 millones de estudiantes regresaron a clases virtuales en el Estado de México, sin embargo, Azul y Yuliana no fueron parte de esta cifra.

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«Me preguntaban en la escuela ¿qué pasaba?». Sandra habló con los maestros de sus nietas, quienes pronto hicieron circular los rostros de las niñas con Alerta Amber entre el cuerpo docente y «con todas las comitivas de las escuelas». «Nos han comentado que las han visto por Chimalhuacán».

«Las autoridades me pidieron el número de teléfono de mi hija y de mi hermana para ver la geolocalización, pero aparecen apagados los teléfonos y luego dan en un solo lugar. Me dijeron que unos agentes fueron a los lugares, pero solo encontraron una torre vacía y una casa donde nadie salió».

Azul cursa el tercer grado de primaria, mientras que su hermana menor va en segundo de preescolar. «En la escuela sabían que yo era la abuela y no la mamá. En la escuela anterior en la que iban no me quisieron dar la boleta de Azul, por ser su abuela».

«Estoy desesperada, yo sé que mis niñas corren peligro», dijo Sandra, a dos semanas de la sustracción.