Desde el 15 de octubre, el tarifazo en el Toluca se implementó. La tarifa mínima pasó de 12 a 14 pesos, un incremento que parece pequeño, pero que para miles de familias mexiquenses representa un golpe directo a su bolsillo.
En las calles, los autobuses ya muestran calcomanías con el nuevo precio: “Tarifa mínima 14 pesos a partir del 15 de octubre”. Algunos incluso colocaron una hoja impresa de la Gaceta de Gobierno, donde se aprobó oficialmente el aumento. Sin embargo, las pirámides tarifarias —que deben exhibirse para informar las tarifas según la distancia— aún no han sido entregadas.
¿Cómo afectará el aumento a los usuarios?
AD Noticias realizó un recorrido por diversas rutas para conocer el impacto del tarifazo en la economía familiar. Las respuestas de los usuarios coincidieron: el aumento obligará a disminuir gastos básicos, aun así, no se percibe una mejora en el servicio.
Una madre de familia explicó que el alza trastoca su presupuesto semanal.
“Lo que tenías contemplado, te desbanca y te sube más lo que son los gastos. No se puede estar gastando de más y no se me hace justo”.

Otra usuaria, que el lunes aún pagó 12 pesos, señaló que “el aumento se le hace elevado”. Con tono preocupado, agregó: “Apenas tenemos para el sustento del hogar, y luego imagínese si suben el precio del pasaje, pues no nos va a alcanzar con el salario que tenemos”.
Para ajustar, ya planea recortar su gasto en alimentos:
“Ya no compraría, pues qué será, a lo mejor huevo; no compraría pues carne, porque pues la carne ya ve que está muy caro”.
Usa cuatro autobuses al día, lo que implica ocho pesos más diarios y unos 40 pesos semanales adicionales. “Son 160 pesos más al mes”, calcula.

La molestia también pasa por el mal servicio.
“Se vienen hechos a la mocha, que, Dios santo, parece que no traen seres humanos, parece que traen animales. Se vienen así. Agárrate con dientes y uñas, porque se dan el enfrenón”, denunció otra señora

Otro usuario coincide:
“El servicio es fatal. Choferes que no tienen idea del volante y camiones en mal estado. El diésel no ha subido, el combustible no ha subido como tal y no sé por qué suben el pasaje”.
Para él, aunque sean dos pesos, el golpe económico se siente: “Sí, sí afecta. En mi familia, cuatro personas usamos el autobús”.

Hay quienes, aunque comprenden el aumento, no dejan de resentirlo.
«Yo creo que a todo mundo nos afecta, pero así como ha subido el pasaje, ha subido la comida, ¿no?”, comentó otro pasajero.
Calcula que ahora gastará “cuatro pesos más diarios, 100 pesos más al mes”. Aun así, admite: “El servicio no es muy bueno, pero la necesidad hace que lo uses”.

Entre los jóvenes, la frustración es clara. Un estudiante asegura que el incremento no está justificado:
“Estaría justificado si realmente cumplieran lo que dicen, que mejorar las unidades, que sean más modernas, que más seguras, pero pues no cambia nada”.

El tarifazo en Toluca de dos pesos, para las familias, se traduce en ajustes silenciosos: menos proteína, menos compras, menos salidas. En un contexto donde los salarios no suben al mismo ritmo que el costo de la vida, cada peso cuenta.

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