Arena del Sahara afecta a Inglaterra

Por segundo día consecutivo, la capital británica sufre altos niveles de contaminación debido a que fuertes vientos arrojaron partículas de arena del desierto de Sahara, en el noroeste de África, que cubrió amplias zonas de la atmósfera y territorio de Inglaterra. El primer ministro, David Cameron, fue uno de los afectados por los altos niveles […]

Por segundo día consecutivo, la capital británica sufre altos niveles de contaminación debido a que fuertes vientos arrojaron partículas de arena del desierto de Sahara, en el noroeste de África, que cubrió amplias zonas de la atmósfera y territorio de Inglaterra.

El primer ministro, David Cameron, fue uno de los afectados por los altos niveles de contaminación. En una entrevista para la televisión esta mañana señaló “no pude ir a correr como lo hago cada día”, debido a la contaminación.

Las autoridades de Salud Pública en Inglaterra (PHE) emitieron una alerta para las personas mayores y quienes padecen asma y otras enfermedades respiratorias.

El doctor Sotiris Vardoulakis, jefe del Departamento de Contaminación y Radiación del PHE, afirmó que “si bien la mayoría de la gente no resultará afectada en el corto plazo por la contaminación del aire, algunos individuos, en particular quienes padecen enfermedades del corazón y los pulmones, pueden experimentar más síntomas”.

Recomendó evitar ejercicio extenuante, particularmente a los niños y adultos con condiciones cardiacas y pulmonares.

Se espera que los niveles de contaminación sigan altos en los próximos días y que la visibilidad en la capital británica sea mínima debido también a la densa niebla y smog.

El Departamento de Asuntos Ambientales, Alimenticios y Rurales del Reino Unido (Defra, por sus siglas en inglés) utiliza una escala del 1 al 10 para medir los índices de contaminación en el aire.

Defra prevé niveles altos y muy altos de contaminación el día de hoy con registros que podrían alcanzar la máxima escala oficial de 10.

La reciente contaminación del aire es la peor de los últimos 60 años, desde que en 1952 “El Gran Smog” cubrió la capital británica provocando una nube tóxica de polvo y gases, que según reportes históricos habría provocado la muerte de 12 mil personas.