La milicia islamista de Boko Haram arranca el nuevo año como terminó el anterior: a golpe de asesinato. En las últimas horas, el grupo nigeriano ha arrasado al menos 16 localidades situadas en el estado de Borno, al noreste del país y en los confines con el lago Chad.
“Quemaron hasta los cimientos 16 aldeas y pueblos. Incluidos Dorn-Baga, Mile 4, Mile 3, Kauyen Kuros y Bunduram”, confirmaba a los medios locales Musa Bukar, jefe del gobierno en la zona.
El nuevo asedio, que se inició el pasado miércoles, se produce después de que cientos de personas fueran asesinadas por la milicia islamista en la ciudad de Baga, sede de una importante base militar regional y que ya había sido atacada la pasada semana. Precisamente, la huida del Ejército de la zona en las jornadas previas provocó que la acción armada se produjera sin apenas oposición. En este sentido, fuentes locales aseguran que, de 10.000 habitantes con los que cuenta el asentamiento, cerca de dos mil se encuentran desaparecidos, mientras centenares de cadáveres se apilan en las calles.
El salto cuantitativo de Boko Haram parece evidente. Ya a comienzos de diciembre, miembros del grupo asediaban la ciudad de Damaturu, al norte de Nigeria, apenas tres días después de cometer uno de los más sangrientos atentados de su historia reciente.
Meses antes, el ataque contra esta localidad, capital del estado de Yobe y hogar de cerca de 100 mil personas, habría sido casi imposible.
Miles de muertos en 2014
Los números son excelsos: Conforme a cifras del Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC), entre mayo de 2013 y marzo del pasado año, la milicia islamista se cobró la vida de más de 3 mil personas, mayoritariamente al noreste del país. En una región de tamaño similar a Grecia, el 50% de su población se ha visto afectada por el conflicto: en menos de doce meses, más de 250 mil personas tuvieron que abandonar sus hogares (76.000, en el estado de Yobe; 67.000, en Adamawa; y 111.000, en Borno).
(ABC)