La Operación “Bastión”, ejecutada por fuerzas federales y estatales, desarticuló parte de la infraestructura criminal de La Familia Michoacana al asegurar 21 inmuebles presuntamente utilizados para resguardo y actividades ilícitas en seis municipios del sur del Estado de México, de acuerdo con un comunicado de la Fiscalía mexiquense. El despliegue simultáneo se llevó a cabo en Amatepec, Luvianos, Sultepec, Tejupilco, Temascaltepec y Tlatlaya, regiones donde el grupo criminal ha consolidado su dominio en los últimos años.
Fotos: Fiscalía General de Justicia del Estado de México
Un golpe directo a la estructura financiera
Los inmuebles, que incluyen ranchos, fincas, casas de seguridad y puntos de vigilancia, fueron intervenidos tras una exhaustiva labor de inteligencia realizada por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Marina (SEMAR), la Guardia Nacional (GN) y la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM). El operativo se centró en propiedades utilizadas para el trasiego de drogas, secuestro, extorsión y protección de líderes criminales, muchas de ellas localizadas en zonas de difícil acceso.
Fotos: Fiscalía General de Justicia del Estado de México
En Amatepec, fueron aseguradas fincas identificadas como “Las Piñuelas”, “Monte Creación” y “Casa Lalo”. En Sultepec, se intervinieron siete inmuebles, incluidos puntos de vigilancia clave para el trasiego de drogas. En Luvianos, las autoridades tomaron control de ranchos como “Caja de Agua” y “Calavera”. En Tejupilco, se aseguró el rancho conocido como “El Tuerto”, mientras que en Temascaltepec fue intervenida la finca “Cerro Pelón”. Finalmente, en Tlatlaya, los operativos incluyeron la extinción de dominio del rancho “Los Pinos”.
Casas de lujo al servicio del crimen
Las investigaciones revelan que estos inmuebles fueron construidos con recursos de procedencia ilícita y registrados a nombre de prestanombres, con la complicidad de autoridades locales. Las propiedades ostentan acabados de lujo, con chapas de oro, piscinas, lagos artificiales, canchas de tenis y sistemas de riego en zonas áridas, lo que contrasta con la precariedad hídrica de la región. Durante los cateos, también se encontraron animales exóticos, artículos de lujo y obras de arte originales, evidencia de la opulencia de los líderes criminales.
“El Fresa” y “El Pez”, detrás del imperio
Las propiedades aseguradas estarían vinculadas a José Alfredo Hurtado Olascoaga (“El Fresa”) y Johnny Hurtado Olascoaga (“El Pez”), principales líderes de La Familia Michoacana y considerados objetivos prioritarios de la justicia. Ambos tienen órdenes de aprehensión vigentes y se ofrecen recompensas por su captura. Los inmuebles eran utilizados no solo para el resguardo y descanso de los capos, sino también para la celebración de fiestas con artistas populares, como ocurrió durante la festividad de Tejupilco en abril de 2024.
Extinción de dominio y fortalecimiento de investigaciones
La extinción de dominio ha comenzado para estos inmuebles, buscando debilitar las estructuras financieras del grupo criminal. La Autoridad Judicial ya concedió la extinción de dominio sobre el rancho “Los Pinos” en Tlatlaya, mientras que otros procesos continúan en curso. A pesar de que algunos de estos inmuebles habían sido asegurados previamente, los sellos fueron quebrantados por integrantes del grupo delictivo para continuar sus operaciones ilícitas.
Golpe al poder territorial de La Familia Michoacana
La Operación “Bastión” busca desarticular la red logística y financiera de La Familia Michoacana, una organización que ha mantenido un control férreo en el sur del Edomex mediante la extorsión, el secuestro y el narcotráfico. Las autoridades advirtieron que estas acciones son solo el inicio de un plan estratégico para recuperar el control territorial y garantizar la seguridad en estas zonas, donde la violencia y la impunidad han sido la norma.
Este golpe al corazón del poder criminal en el sur del Estado de México podría reconfigurar el panorama del crimen organizado en la región, al desmantelar una parte significativa de la infraestructura que permite operar a uno de los grupos delictivos más violentos del país.
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