El papa Francisco bendijo hoy una enorme Cruz del Migrante enclavada a pocos metros de la frontera de México con Estados Unidos, antes de una misa binacional junto al Río Bravo, a la que acudieron más de 210 mil personas en ambos lados.
La misa en Ciudad Juárez es la última actividad del papa en México y una de las más importantes de su viaje de cinco días, ya que en su centro está el drama de las decenas de miles de migrantes que intentan cruzar cada año a Estados Unidos.
Una multitud se congregó en un sitio conocido como “El Punto” para la misa del lado mexicano, y otras se apostaron del lado estadounidense de la valla fronteriza, en El Paso, Texas.
Además, en esa ciudad se esperaba la participación de decenas de miles de personas en el estadio Sun Bowl para seguir la liturgia en vivo.
DEUTSCHE PRESSE-AGENTUR