Caen en 40% las ventas de comerciantes

El alza en el precio de la gasolina, puesto en marcha a principios del año en curso, el aumento del ambulantaje y la inseguridad que prevalece en la zona, impactan negativamente las ventas en el Mercado 16 de Septiembre de Toluca. Los comerciantes aseguran que no buscan justificar los incrementos que se han registrado y […]

El alza en el precio de la gasolina, puesto en marcha a principios del año en curso, el aumento del ambulantaje y la inseguridad que prevalece en la zona, impactan negativamente las ventas en el Mercado 16 de Septiembre de Toluca.

Los comerciantes aseguran que no buscan justificar los incrementos que se han registrado y acusan que los malos manejos en materia económica por parte de las autoridades, derivan en ajustes que alejan a los compradores y que, por ende, minan sus ventas.

Un sondeo realizado en el zoco, revela que las ventas, en promedio, han decrecido hasta en un 40%, lo que coloca a los comerciantes en una situación difícil, quienes, incluso, se ven obligados a tirar sus mercancías – productos perecederos – o regalarlas cuando no logran venderlas.

Entre los productos que más han aumentado su precio en los últimos meses están el aguacate, que fluctúa entre 45 y a 50 pesos por kilo; el limón que se llega a vender en 24 pesos el kilo; la manzana que se llega a venderé en 45 pesos por kilogramo; y el bistec, que se vende en 142 pesos el kilo. Con estos precios, los compradores se han alejado.

Antonio Martínez, comerciante de verduras, señala que, si bien todo mundo se queja por los precios, pocos atienden al hecho de que las alzas se determinan en razón de la cadena de producción, sobre todo por las prácticas de los intermediarios.

“Tengo clientes de restaurantes que vienen a comprar y la observación que hacen es sobre lo caro que está todo, como el jitomate que está en 24 pesos, cuando en mayo del 2016 su precio fluctuaba entre 12 y 16 pesos; por lógica, ya no se vende mucho, ya no se vende como antes porque la gente no tiene dinero”, señala.

Encarnación Jiménez, vendedor de frutas, indica que el problema por la falta de venta se da en tres vertientes: el crecimiento del ambulantaje; el intermediarismo; y la falta de seguridad en los alrededores del mercado.

“La gente deja de venir porque les abren sus autos; la caída en las ventas ha sido de un 40%, le puedo decir que de unos siete meses a la fecha”

 

Cuestionado sobre lo que hace si no vende la fruta, asegura que la llega a regalar a gente necesitada pero que, en muchas ocasiones, ha tenido que tirarla.

También los carniceros padecen una situación difícil. Al respecto, Jesús González y Elena Bernal, indican que el precio de la res en canal se encareció mucho y que los introductores culpan de ello al encarecimiento de los alimentos de los animales, como el maíz.

“El bistec cuesta 142 pesos el kilo. La gente ya no lo compra, vienen y piden dos filetes, uno y con ello nuestras ventas han bajado hasta en un 50%”, señala Elena Bernal.

Jesús González considera que gran parte del deterioro que padecen los comerciantes, parte de los líderes. “Los culpables son los líderes del PRI; mira, el problema es el control de salarios porque si un trabajador gana poco, no puede comprar los alimentos que necesita”.

Una señora que vende pescados fritos en una de las puertas del zoco, Benita Montes, también acusa la baja en las ventas, pero para ella el problema no inicia con el incremento en los precios de las gasolinas, sino desde hace 6 años. “Ya la gente no compra en este mercado; no hay gente”.

Santiago Camacho, vendedor de pescados, asegura que la Profeco mantiene un estricto control sobre los precios del producto, y explica que el precio del huachinango tenía 10 años sin variar, que fue antes de la Cuaresma que se incrementó en 10 pesos.

“La situación está difícil y creo que los gobernantes deben ponerse en los zapatos de la ciudadanía, porque cada día esto se vuelve insostenible”

A pesar de ello, se queja de que la gente ha dejado de comprar.

Una ama de casa, Gloria Mendoza Contreras, expone que en mayo del 2016 podía comprar con cien pesos pan, leche y azúcar pero que ahora solamente adquiere pan y leche, pero con 200 pesos “y me sobra un peso o dos”.

“La situación está difícil y creo que los gobernantes deben ponerse en los zapatos de la ciudadanía, porque cada día esto se vuelve insostenible”, puntualiza.

Esta es la situación que priva en uno de los mercados más tradicionales de la capital mexiquense, donde no solamente los compradores se han visto afectados, sino el vendedor que siente que la situación ya se salió de control y, a final de cuentas, el afectado es el pueblo, no los que dictan las normas.