Muchos mexiquenses conscientes, en edad para votar, expresan:
“Personalmente, estoy por el cambio, pero con sentido. No me iré de bruces por un puñado de ambiciosos que rodean a Delfina“.
Y rematan:
“Que la candidata nos garantice con hechos el cambio“.
Tienen razón, asumir un voto informado pasa por ser críticos y equilibrados, no dejarse manipular ante tanta propaganda y noticias falsas, reconociendo que los partidos políticos tienen su lógica e intereses.
No basta con hablar de cambio y refugiarse en el hartazgo que han ocasionado las élites. Se deben delinear los cómo, con quiénes y los cuándo; todo ello de manera sencilla, sin rodeos.
Los intereses ciudadanos son básicos: seguridad, salud, gobernantes no arrogantes, menos desigualdad social, combate a la impunidad, no sufrir la corrupción, servicios públicos eficientes y dignos, el piso parejo sigue siendo un anhelo incumplido.
Se traducen en hechos concretos que ningún discurso, incluyendo los de la oposición, aborda; por ejemplo, tener la certeza de que nuestros seres queridos pueden salir a la calle y regresar con bien, no ver el desfile de camionetas de lujo o guaruras que impiden acceder a los edificios públicos y por ende a los funcionarios.
Ya no queremos ver las filas de ciudadanos afuera de los hospitales suplicando informes, los pacientes en sillas o en el piso ante la falta de camas; la falta de insumos y medicamentos, ver cómo los nosocomios están rodeados de farmacias y funerarias, como si fuera un amargo presagio de lo que nos espera.
Bastaría con dejar de observar cómo los funcionarios que debieran servirnos se enriquecen. O a los regidores, presidentes municipales y diputados que entran al poder sin nada y salen ostensiblemente ricos con casas, carros y lujos. O peor aún, cómo van chapulineando de cargo en cargo. Se equivocan si piensan que los de a pie o los jóvenes no nos damos cuenta.
Morena y sus aliados están ante un enorme reto, se enfrentan a una sociedad cansada e impaciente; los mensajes deben ser hechos. Por ejemplo, deben deshacerse de los mismos vividores que ahora usan chaleco guinda, cuando antes usaban el rojo o el azul.
Sacudirse las rémoras que apenas ocuparon cargos públicos y demostraron ser iguales o peores, lo pueden atestiguar. Los habitantes de Atlacomulco, Toluca, Metepec, Cuautitlán Izcalli, Tlalnepantla y muchos más no debieran estar en los templetes, ni en las estructuras; desperdiciaron su oportunidad y punto.
Apenas en una entrevista televisiva, la candidata Delfina habló de que por los tiempos electorales está elaborando diagnósticos respecto a los grandes problemas estatales, está bien, pero no se equivoque, ¡de los que queremos huir, es de los que se la pasan planeando y nunca aterrizan!
“Cambio sin sentido es retroceso”. Morena y sus aliados tendrán dos meses aproximadamente para decirnos los “cómo”, con “quiénes” y sobre todo los “cuando”. Recuerden que hasta la esperanza tiene fecha de caducidad. Preferible decir claramente qué podría lograrse en seis años, qué en el mediano plazo y de plano no mentir.
Atentamente:
Los indecisos y escépticos que definirán la elección.