«No tuve tiempo de afligirme, frente al cáncer es mejor actuar»: sobreviviente

Yolanda tuvo la oportunidad de que su tejido fuera enviado al extranjero para un estudio que indica qué tipo de tratamiento se requiere, si es cirugía, radioterapia o quimioterapia
octubre 19, 2024

«El cáncer no tiene palabra de honor», dice Yolanda Aguilar, diagnosticada con cáncer de mama en el 2017, quien además concluyó su tratamiento en enero de este año. Pide a las mujeres revisarse, no confiarse y atenderse, considerando que si se detecta a tiempo, las posibilidades de sobrevivir son altas.

Yolanda, médico de profesión, tenía 55 años cuando acudió a consulta para ver un tema «estético», quería retirarse tejido sobresaliente ubicado por debajo de sus axilas, sin embargo, al tomarle muestras y analizarlas, el médico tratante la llamó para darle una noticia que no solo cambió su vida, también la de su esposo y sus hijos.

«Jamás esperé ese diagnóstico, yo no tuve molestias, dolor, bolitas, fui por una cuestión estética; cada año me hacía mi mastografía, me revisaba, me cuidaba y lo sigo haciendo, pero ahora las revisiones son más completas.»

Mastectomía radical

Ya con el diagnóstico en la mano, Yolanda fue canalizada a ginecología y oncología. Estaba sola, acababa de escuchar que tenía cáncer y a ello se sumó la recomendación de una mastectomía radical. Había que quitar la mamá derecha por completo.

Salió del hospital y habló, primero, con su esposo. Juntos decidieron buscar otras opiniones médicas y, por lo pronto, no hablar con los niños.

«Me diagnosticaron el 3 de noviembre de 2017, buscamos tres opiniones más, no es lo recomendable, pero lo hice y la cirugía, así, de esta forma tan agresiva era un común denominador. Estábamos a unos días de diciembre y no tenía tratamiento, pero sí la certeza de que no me importaba perder una parte de mi cuerpo, si de ello dependía mi vida».

Al día siguiente (lunes) regresó a buscar al médico que la diagnosticó, pero se había jubilado. Se le asignó otro especialista, quien al ver los estudios le dijo que el cáncer es una enfermedad de vida o muerte, por lo que la cirugía tenía que ser pronto y se programó para el viernes de esa misma semana.

Comenzaron las dificultades

Era hora de decirle a sus hijos lo que estaba pasando y lo que estaba por suceder. El acompañamiento fue crucial, con el apoyo de la familia se hizo los estudios preoperatorios y se consiguieron paquetes sanguíneos, de los cuales dependía que se llevara a cabo la cirugía, pues no es común el tipo de sangre ORH- y en el hospital solo tenían una unidad, pero se necesitaban tres.

El primero de diciembre entró a cirugía y como Yolanda lo describe: «ahí empieza el caminar una nueva etapa, la más difícil».

«Es una herida grande, te dejan drenajes, bombas, vendas; la herida no debe mojarse, nada de hacer fuerza y todos tuvieron que ayudar, mi hijo menor acudía a la escuela por la tarde, él llevó la carga más pesada, hasta la fecha sigue trabajando lo que vivimos con apoyo psicológico, igual que el resto de la familia en su momento».

Yolanda tuvo la oportunidad de que su tejido fuera enviado al extranjero para un estudio que indica qué tipo de tratamiento se requiere, si es cirugía, radioterapia o quimioterapia. En México no lo hay, pero por el tipo de lesión que se encontró en la muestra, el hospital hizo las gestiones necesarias.

«El miedo a la quimioterapia te deprime»

Pasando la mastectomía, continuó con un tratamiento de quimioterapias, hormonas, no intravenoso como generalmente se conoce, y comenta que «el miedo a la quimioterapia te deprime», pero al final es algo que debes asumir. El tratamiento terminó a principios de este 2024.

También accedió a una reconstrucción con implante mamario en el 2019. No como un tema estético, sino estratégico, pues la prótesis que usaba tenía que ponerla y quitarla, lo que demanda tiempo e incomodidad.

¿Qué sigue una vez que vences al cáncer?

De acuerdo con Yolanda, se debe ir a control cada mes, después cada dos, posteriormente se van espaciando las consultas hasta que son dos veces por año. Los estudios son varios, la revisión es completa, mastografía, ultrasonidos de útero, tiroides, exámenes en pulmones, hígado y otros órganos.

Secuelas no, aprendizaje sí

«No considero que tengo secuelas, no lo veo así, primero debo decir que no tuve tiempo de afligirme, frente al cáncer es mejor actuar. Hay mucho aprendizaje, las enfermedades te pasan por algo, el cuerpo las manifiesta y hay que atenderse».

Adicionalmente, Yolanda Aguilar explica que después de la cirugía de la mastectomía derecha, en la que le resecaron los ganglios del brazo, perdió la movilidad y por las cicatrices necesitó llevar terapia física.

Con la reconstrucción de mamá también se hizo la reconstrucción de la axila para poder elevar el brazo, no obstante, hasta la fecha, su movimiento es limitado y finalmente presenta una asimetría de columna por la falta de mama derecha, a pesar de su implante.

No se puede lesionar, sacar sangre, tener contacto con láseres o quemarse con el sol el brazo derecho por el riesgo de que retenga líquidos por falta de ganglios.

El cáncer de mama no es una gripa, pero si se detecta a tiempo, las posibilidades de vivir son altas. Yolanda nos comparte que sin salud no hay nada, que el tiempo con su familia es lo que la ha mantenido fuerte y que vivir el hoy es lo único que se tiene.

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