Chivas, un amor tóxico

Los Vergara convirtieron a Chivas en un equipo rico en ingresos, pero pobre en resultados deportivos. Dejemos los halagos para otra ocasión y analicemos con valor su desempeño
abril 27, 2025

Han pasado más de veintidós años desde que la familia Vergara se apoderó del equipo más popular del país mediante un complejo entramado legal: la Chivas del Guadalajara. Hoy, no estoy seguro de que siga siéndolo, dada la escasez de títulos.

Hace más de veintidós años, como políticos en campaña, prometieron convertir a Chivas en uno de los mejores equipos del mundo«Traeremos al mejor técnico del mundo, aunque haya que traerlo de la luna», enfatizaba Jorge Vergara en un discurso que ilusionó a muchos.

Jorge Vergara llegó para dar esperanza a la afición.

Veintidós años después, la realidad es patética. Chivas suma 44 torneos bajo el mando de la familia Vergara, que prometió grandeza. ¿Saben en cuántos de esos 44 torneos el equipo tapatío no ha podido calificar a la liguilla? ¡En 21 ocasiones! Casi la mitad. Eso, aquí o en China, se llama mediocridad.

Los Vergara convirtieron a Chivas en un equipo rico en ingresos, pero pobre en resultados deportivos. Dejemos los halagos para otra ocasión y analicemos con valor su desempeño. Olvidemos la nostalgia de aquellos logros del Campeonísimo, de los tiempos de Pedro Infante y Sara García. Guardemos esos recuerdos para las charlas con abuelos, padres o tíos, cuando evoquen épocas gloriosas que ya pasaron, que huelen a naftalina y humedad.

Las grandes glorias del Guadalajara se vieron en blanco y negro.

Chivas, duela o no, es hoy pasado. Su presente es sombrío: camina sin rumbo, sin proyecto, dando bandazos. En 22 años, los Vergara han cambiado a 30 técnicos (ninguno dura un año en promedio) y a 15 directores deportivos (con una «fecha de caducidad» de menos de año y medio).

Números que duelen

Desde 1990 —cuando el mundo cambió con el internet y la WWW—, el legendario equipo tapatío solo ha ganado tres títulos de liga: 1997, Apertura 2006 y Clausura 2017. Solo dos son de la era Vergara. En promedio, Chivas gana un título cada 10 años.

Pachuca, Santos, León, Toluca, Pumas, Rayados, Tigres y América han sido más ganadores en este siglo. ¿Saben cuántas veces Chivas ha sido líder general? Solo dos: Apertura 2008 y Clausura 2011. Añadan un torneo de Concacaf en 2018, y ahí termina su palmarés relevante.

Las verdades de Cruyff sobre las Chivas del Guadalajara

No nos engañemos: Chivas ya no es protagonista. Y no lo digo solo yo. Johan Cruyff, asesor deportivo contratado (y luego despedido) por los Vergara, fue contundente en 2012:
«Todo el mundo habla del ‘prestigio’ de Chivas. ¡Pero en mi juicio, Chivas no tiene prestigio! Si solo ganas un título en 10 años, ¿de qué prestigio hablas? Vivir de títulos pasados es un absurdo«.

La llegada de Johan Cruyff a las Chivas no dieron los frutos que se esperaban. Foto: Especial

Doce años después, sus palabras siguen vigentes. Si Chivas viviera de títulos, habría muerto de hambre. Sobrevive por un fervor popular alucinante que se conforma con migajas: llena aeropuertos, celebra victorias pírricas y transforma casualidades en hazañas.

En Chivas del Guadalajara la pasión es por herencia

Las nuevas generaciones de chivahermanos aman al equipo por herencia, no por logros. No han visto un Chivas ganador que los enamore. Es una pasión transmitida, no vivida.

Desde hace una década, viven un amor tóxico con su equipo: una dinámica de dependencia, frustración y envidia (de ahí los «Gonzalo»). Fustigan triunfos ajenos porque no pueden celebrar los propios.

Evadir el problema solo lo agrava. Mientras los aficionados sigan consumiendo (abonos, merchandising, streaming), perdonando promesas incumplidas y creyendo en «esta vez será diferente», nada cambiará. Los Vergara han invertido mucho, pero mal.

Extranjeros: ¿esperanza o solución?

La desesperación ha llevado a algunos a pedir que Chivas rompa su tradición de jugar solo con mexicanos. Aceptan como «héroes» a jugadores mediocres (como Cade Cowell), pero la ilusión se desvanece pronto.

¿Garantizaría algo contratar extranjeros? No. Santos, Mazatlán o Querétaro tienen planteles llenos de foráneos y juegan pésimo. Sin un proyecto serio, no hay mejora. Además, el «nacionalismo» es clave en la marca Chivas: es lo que la diferencia y le permite facturar como América, a pesar de no ganar.

Devaluación de la marca Chivas

Si Chivas pierde su identidad «solo mexicanos», se convertiría en un equipo más. Sus ingresos caerían a niveles de Rayados o Cruz Azul. Los estudios de mercadotecnia de los Vergara lo confirman: la «exclusividad» vale más que los títulos.

Marcas pagan por esa singularidad, aunque Chivas no gane. Sin ella, su valor se desplomaría. Tigres o Monterrey gastan más en extranjeros, pero cobran menos por derechos televisivos y patrocinios.

La afición Chiva constantemente ha sido humillada. Foto: Especial

El futuro inmediato no parece prometedor. No hay señales de cambio. Mientras, a los chivahermanos solo les queda acomodarse en el sillón, servir una chela y rezar para que su rival no levante otra copa.

«Me gusta la exclusividad. Pero si lo que ofreces lo puede tener cualquiera, ya no me interesa».Anónimo

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