Toluca, Estado de México; 24 de agosto de 2019.- Morena decidió cerrar su elección interna y evitar que actores políticos que llegaron a esa fuerza, provenientes de otros partidos, puedan definir a las nuevas dirigencias estatales y nacionales.
En el Estado de México, el próximo 10 de noviembre renovará a su presidente y a los secretarios en Consejo estatal donde participarán los consejeros morenistas que sean electos una semana antes.
Ese partido, que en este momento es la primera fuerza política en la entidad mexiquense, busca dejar fuera de la elección a quienes se sumaron poco antes de las elecciones del 2018, entre ellos varios ediles y legisladores que no eran militantes, pero dejaron otros partidos para sumarse a Morena
De hecho, la convocatoria advierte que se auditará el padrón para evitar que pudiera participar alguien que se haya sumado en fecha posterior a noviembre del 2017 y todos los militantes deberán verificar que estén inscritos en el padrón nacional.
"Es requisito indispensable estar afiliada o afiliado en el Padrón Nacional de Protagonistas del Cambio Verdadero registrado en el sistema SIRENA, hasta el 20 de noviembre de 2017.
“Tanto el sistema como el padrón serán sometidos a auditorías técnicas que garanticen la integridad de la base de datos y que no exista ningún registro posterior al 20 de noviembre de 2017”, precisa la convocatoria.
Además, quienes ocupen un cargo de elección o de administración en algún nivel de gobierno no podrán participar para buscar la dirigencia, a menos que renuncien.
Las reglas son las mismas para elegir a la dirigencia nacional y a las estatales; entre los requisitos destacan: que no participarán ni permitirán ninguno de los vicios de la "política neoliberal", como: el influyentísmo, el amiguismo, el nepotismo, el sectarismo, el grupismo, el patrimonialismo, el clientelismo, el uso de recursos para imponer o manipular la voluntad de otras y otros, la corrupción y el entreguismo.
Además, se plantea que los dirigentes rechazarán la subordinación o las alianzas con representantes del régimen neoliberal y de sus partidos, a partir de la presunta necesidad de llegar a acuerdos o negociaciones políticas pragmáticas, de conveniencia para grupos de interés o de poder.
Asimismo deberán rechazar y no practicar la denostación o calumnia pública entre miembros o dirigentes, pues se advierte que muchas veces es inducida o auspiciada por sus adversarios para debilitarlos o desprestigiarlos.
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