La clase sacerdotal católica, organizada y alentada por su elite, dedica buena parte de su tiempo pastoral a actividades políticas en el Estado de México. Es clara y manifiesta su intención de influir en el proceso electoral, sembrando animadversión contra el gobierno del presidente López Obrador, la 4T y la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum. El alto clero ha perdido privilegios y quiere recuperarlos. La ultraderecha ensotanada está activa y carga no una cruz, sino una X. Lo del obispo Maximino Miranda y sus presuntos afanes pacificadores, no son casualidad, forma parte de un plan estructurado de propaganda.
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Las carencias en el ISSEMyM son grandes. El dinero del que dispone es poco comparado con sus enormes necesidades, particularmente las asociadas al pago de pensiones y jubilaciones y, por su puesto, al servicio médico. Por eso resulta absurdo, incomprensible, que mantenga los contratos de Prestación de Servicios de los hospitales regionales de Toluca y Tlalnepantla, por los que paga mensualmente casi 40 millones de pesos. Es un robo en despoblaldo sobre las cuotas y ahorros de los trabajadores del estado y municipios. Desde hace 12 años, arrastra esa esclavitud financiera y le faltan 12 años más. No hay razón lógica para mantenerlos. Es bueno recordar quiénes se están enriqueciendo a manos llenas con esos negocios, nada menos que los dueños de Hospitales Ángeles, Excélsior e Imagen Televisión, la familia Vázquez, y los dueños de Bimbo y Marnhos, los Servitje.
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Hace unas semanas, la nueva administración del Gobierno del Estado de México concursó en convocatoria pública nacional los contratos para la compra de casi 3 millones de despensas para el programa social “Canasta de Bienestar”. El proceso fue organizado y ejecutado por la Oficialía Mayor, que encabeza la maestra Trinidad Franco. Fue una compra de alrededor de 2 mil millones de pesos. Los ganadores fueron los mismos de siempre, La Cosmopolitana y Serel, entre otros. Hasta ahora, todo es opaco.
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Desde hace días, se sabía que Alejandra del Moral no aceptaría la improbable diputación plurinominal que groseramente “Alito” Moreno le asignaba colocándola en sexto lugar de la lista de quinta circunscripción. Por supuesto que era un maltrato para quien fuera apenas hace unos meses candidata a gobernadora del Edomex y la mujer priista más votada en la historia local. Elegantemente, Alejandra le dijo NO a “Alito”. Hizo bien, gana más. Y el PRI sigue haciéndose chiquito, caminando a paso firme para convertirse en el nuevo PRD.
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En las cuentas públicas del ayuntamiento de Tecámac hay inconsistencias graves, por no llamarlas todavía irregularidades o delitos. Hay contratos de compras de servicios y materiales con defectos graves que van desde mala integración de expedientes hasta pagos de sobreprecios. La candidata a senadora, Mariela Gutiérrez, podría estar en problemas. Debería aclararlo rápido.