#Combi: la viralización de la justicia por propia mano

Aprovechando esta tendencia, usuarios de distintas localidades aprovecharon para difundir otros vídeos de linchamientos.

La mañana de este lunes, usuarios de redes sociales viralizaron la grabación de un intento de asalto en una unidad de transporte público, combi, que transitaba sobre la carretera México-Texcoco, en el Estado de México, entidad en la que, en lo que va del año, se han cometido 3 mil 204 robos en transporte público colectivo, de los cuales el 98% son con violencia.

El asalto, grabado por la cámara de seguridad de la unidad, fue frustrado por pasajeros, quienes lograron detener a uno de los dos ladrones y comenzaron a agredirlo de forma física y verbal. Al someter al ladrón, los seis pasajeros comenzaron a golpearlo y a arrebatarle su vestimenta, para posteriormente bajarlo del vehículo y abandonarlo sin ropa.

El hashtag #combi fue tendencia en Twitter. Memes, videos editados y comentarios a favor de la acción circularon por redes sociales y dispositivos móviles. El sentimiento de satisfacción fue la constante entre usuarios como el cómico Chumel Torres quien tuiteó: «Amo los finales felices».

Este tipo de acciones en contra de los delincuentes –en algunos casos presuntos– tienen como antecedente a la impunidad, ya que existe desconfianza en el sistema de justicia, aunque eso no justifica el hecho, porque lo se ejerce no es justicia y sí naturalización de la violencia.

Según datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública de 2018, el 75 % de la población mexiquense mayor de 18 años no se siente segura de viajar en transporte público; lo cual ha desatado que los pasajeros cobren justicia por su propia, mano e intenten frustrar estos delitos, sometiendo a los asaltantes.

A pesar del sentimiento de «justicia» que estas acciones podrían generar, se comete un delito ya que el artículo 17 de la Constitución Política Mexicana especifica que «Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho».

Regularmente, los casos de linchamientos están relacionadas a las tazas elevadas de delincuencia, además de impunidad, inseguridad o bien la desconfianza hacia las autoridades.