El PRI del Estado de México intenta resucitar desde sus cimientos. La dirigencia estatal del tricolor abrió el registro para renovar sus 125 comités municipales, las estructuras más básicas del partido, aquellas que —si logran funcionar— pueden significar el primer paso para reconstruir su presencia territorial rumbo a los comicios de 2027.
Entre los inscritos, destacan viejos conocidos del priismo mexiquense: exalcaldes, exdiputados y excandidatos que buscan volver al escenario político bajo la promesa de reorganizar lo que alguna vez fue el partido hegemónico del país.
Durante el 27 y 28 de octubre, cerca de 80 municipios iniciaron el registro de planillas únicas. Cada comité municipal tendrá la tarea de financiar su operación, reconstruir estructuras electorales locales y posicionar perfiles rumbo a las futuras candidaturas municipales. La apuesta es clara: reactivar la maquinaria priista desde abajo, en un intento por devolverle vida al partido tras una década de declive.
Entre los nombres más visibles aparece Marco Antonio Rodríguez Hurtado, actual alcalde de Tlalnepantla, quien construyó su carrera en el PAN, pero desde 2021 se cobijó con el PRI para ganar por tercera vez la presidencia municipal.

En Toluca, Tania Hurtado Parra, exregidora y exdirectora del Instituto Municipal de la Mujer, se registró para dirigir el comité capitalino con la intención de revitalizar el priismo toluqueño. En Mexicaltzingo, el aspirante es José Ramón Gutiérrez Solache, exsecretario particular de José Manzur durante el gobierno de Eruviel Ávila.

El mapa se extiende con nombres que vuelven a escena: Andrea Nava Jiménez en Tenancingo, exregidora y dirigente local de la CNOP; Armando Levi Torres Aranguren, exalcalde de Calimaya cercano a Emilio Gamboa Patrón; e Idania García Salgado, exdiputada federal suplente, quien busca dirigir el comité de Tenango del Valle.



También aparecen Enrique Fuentes Hernández, que ya presidió el PRI en Almoloya de Juárez en 2019, y Juan José Mora Remedios, que repetirá como dirigente en Temoaya tras haber perdido la elección municipal de 2024.
En Lerma, el registro único favoreció a Raúl Bustamante Jiménez, exsecretario del Ayuntamiento y figura de consenso local. Su candidatura fue resultado de negociaciones entre distintos liderazgos que, tras escuchar a más de diez aspirantes, acordaron impulsar una fórmula de unidad junto a Teresita Rodríguez Olivares.
En Atlacomulco, el bastión simbólico del priismo mexiquense, se perfila Héctor Cárdenas Martínez, exregidor, mientras que en Jiquipilco será Andrea Victoria Sánchez, exdirectora del DIF municipal. Todos ellos representan, según las bases del partido, “la nueva generación de operadores políticos” dispuestos a reconstruir desde la trinchera local una estructura que, durante décadas, garantizó victorias automáticas y hoy busca reinventarse frente a Morena.

El proceso interno, que concluirá el 24 de noviembre con la entrega de constancias de mayoría, está regido por la convocatoria del Comité Directivo Estatal, encabezado por Cristina Ruiz Sandoval, y exige a los aspirantes acreditar tres años de militancia, residencia en el municipio, no haber militado en otro partido, estar al corriente en cuotas y carecer de sanciones por delitos graves o violencia política de género.

Los comités municipales son la base orgánica del PRI: su función es articular la militancia, promover la participación ciudadana y mantener presencia territorial. En palabras de los estatutos internos, estos comités “contribuyen a vigorizar la vida democrática del Partido” y son, en última instancia, el esqueleto que sostiene al priismo en los municipios.
En un escenario de desgaste y pérdida de poder, el PRI mexiquense confía en que revivir sus estructuras locales será el primer paso para no desaparecer del mapa político. Por ahora, los viejos cuadros han vuelto. Falta saber si sus estrategias también lo harán.

Síguenos