La presencia de la senadora Mariela Gutiérrez en el informe de gobierno de la alcaldesa de Tecámac, Rosi Wong, y la instalación del plantón fueron movimientos estratégicos que, analizados en retrospectiva, parecen haber pasado una factura política mínima.
Más de 100 trabajadores del Ayuntamiento de Tecámac, presuntamente despedidos de manera injustificada, recibieron este 26 de diciembre el pago de aguinaldo, prima vacacional y salarios devengados, luego de 23 días de plantón, de acuerdo con Reporteros en Movimiento.
Sin embargo, aún quedan pendientes por resolver en materia laboral, señalan los afectados.
El costo del orden y la gobernabilidad intacta
A diferencia de las crónicas que apuntaban a una parálisis institucional, la gobernabilidad en Tecámac se mantuvo firme.
Mientras el plantón —resultado de las fricciones tras la salida de Mariela Gutiérrez— exigía atención en las plazas, la maquinaria administrativa de Rosi Wong nunca dejó de girar.
El acuerdo de este 26 de diciembre, durante la mesa política encabezada por la gobernadora Delfina Gómez, debe leerse como un triunfo institucional sobre el conflicto mediático.
Al resolver el frente laboral sin detener la marcha del Ayuntamiento, Wong demostró que el control del territorio no está en disputa, sino en un proceso de «purga».

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El factor Higinio y Luz María
Para entender estos movimientos, hay que mirar hacia Texcoco y Toluca. Tecámac es hoy una pieza codiciada para Higinio Martínez frente a la estructura de «Mexiquenses de Corazón».
Mientras que la instrucción política desde el centro del Edomex es clara: homogeneizar el territorio y eliminar los gobiernos que operen como cacicazgos.
Dentro de este reacomodo, la figura de Luz María Hernández Bermúdez ha fungido como el puente estratégico que permite a Rosi Wong avanzar en la renovación de su gabinete, preservando la cohesión del partido.
Si bien políticamente se le vincula con Higinio Martínez, en el plano institucional opera alineada al liderazgo y proyecto de gobierno de Delfina Gómez.
Por su parte, el diputado local de Tecámac, Samuel Hernández Cruz, ha realizado pronunciamientos públicos señalando que los ataques escalaron a niveles preocupantes.
Subrayó que estas agresiones no buscan debatir ideas, sino confundir a la ciudadanía. Así como desviar la atención de las decisiones gubernamentales que benefician a las familias de Tecámac.

AIFA: el activo estratégico
Controlar Tecámac significa administrar el entorno directo del AIFA, un activo cuya plusvalía y potencial de desarrollo urbano representan una oportunidad histórica.
Este escenario se sostiene en tres pilares estratégicos que explican los recientes ajustes en el gabinete de Rosi Wong:
Seguridad y blindaje de infraestructura
La ratificación de cuadros técnicos en la Guardia Civil no es casual. El objetivo es profesionalizar la fuerza pública para proteger los accesos y la infraestructura conectada al aeropuerto.
Busca romper con viejas inercias de grupos locales que históricamente lucraron con el crecimiento urbano desordenado y el control de vialidades.
Gestión de recursos de Seguridad Nacional
El agua y la movilidad en el corredor Ecatepec son recursos estratégicos de estabilidad regional.
Esto exige una alineación técnica absoluta con Toluca (el gobierno estatal). Asegurando que el suministro y la logística del aeropuerto no dependan de caprichos políticos locales.
Blindaje financiero ante el crecimiento
La llegada de perfiles con experiencia probada a la Tesorería y la Secretaría responde a una necesidad de transparencia total.
Ante el auge económico y el flujo de inversiones que atrae el aeropuerto, la administración debe ser capaz de soportar auditorías y escrutinios financieros rigurosos.

Rumbo al 2027
El objetivo de fondo en Tecámac es demostrar que Morena puede transitar de un modelo de «liderazgos regionales» —personificados en su momento por Mariela Gutiérrez— a un modelo de gobernanza institucional.
Tecámac es hoy el laboratorio del Edomex. Si Rosi Wong logra consolidar esta estructura técnica con el respaldo institucional de Luz María Hernández, el municipio llegará al 2027 con fuerza electoral.
También llegará como el modelo de eficiencia que la gobernadora Delfina Gómez necesita para consolidar su mandato.
La «purga» ha terminado, el plantón se ha levantado y el ruido del escándalo se disipa. El reto para Rosi Wong no será solo administrar la bonanza que supone el AIFA.
Sino que, además, debe demostrar que una estructura técnica dirigida desde los centros de poder estatal puede conectar con una base social que, hasta hace poco, respondía a un liderazgo de corte regional.
El regreso de Higinio Martínez en 2026, tentativo, pero casi inminente, podría significar un giro definitivo en este escenario.

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