Los cuatro distribuidores viales que construye el gobierno federal en el Valle de Toluca si son necesarios; sin embargo la mala planeación urbana y la poca transparencia podrían convertir a estas obras en un dolor de cabeza para la ciudadanía, afirmó el especialista de la Universidad Autónoma del Estado de México, Fermín Carreño Meléndez.
La semana pasada en diferentes vialidades del Valle de Toluca comenzaron a edificarse puentes vehiculares en intersecciones como Díaz Mirón y 5 de Mayo, Las Torres y Boulevard Aeropuerto y Aeropuerto- Carretera Naucalpan; sin embargo la poca información entorno a las obras como las rutas alternas comienza a generar trafico en estos sitios.
El Doctor en Planeación urbana dio su punto de vista sobre estas acciones, aunque las calificó de benéficas, afirmó que los gobiernos continúan con una visión limitada sobre la planeación, y muestra de ellos son todos los puentes hechos en los últimos años, que lejos de ayudar al tráfico, en muchas ocasiones terminan complicándolo más.
“Tollocan fue una de las primeras vialidades donde se construyeron puentes, que hoy no funcionan porque no tienen buenos trazos ni se pensaron a futuro, lo mismo pasará con estos distribuidores viales, pues mientras los gobiernos sigan permitiendo la expansión de la mancha urbana, el crecimiento desmedido de fraccionamientos finalmente no habrá infraestructura que soporte un crecimiento desmedido y sin control de la población” .
Aunado a lo anterior el especialista afirmó que se continúan dando la misma situación de la falta de transparencia en los recursos invertidos, debido a que nunca se publican los criterios de selección de empresas los costos unitarios, sólo se dan las cantidades millonarias que se gastaran, y tampoco se les exige a las empresas contratadas que trabajen por las noches y fines de semana para agilizar la construcción, tardando el menor tiempo posible.
Finalmente comentó que por parte de los ayuntamientos tampoco se cuenta con partidas especiales para mejorar la calidad de las vías alternas, muchas de ellas –si existen- son calles inadecuadas para el transporte pesado y público, por lo cual terminan destruidas.