Convicción sindical

El viernes 22, pasado mañana, se cumplen siete años de existencia del Sindicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM), el camino esta trazado, en este siglo XXI el sindicalismo independiente no solo debe retomar su condición innata de defensor de la clase trabajadora, sino reenfocar sus formas de lucha desde el […]

El viernes 22, pasado mañana, se cumplen siete años de existencia del Sindicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM), el camino esta trazado, en este siglo XXI el sindicalismo independiente no solo debe retomar su condición innata de defensor de la clase trabajadora, sino reenfocar sus formas de lucha desde el Estado de Derecho y la Ley, manteniendo una posición imprescindible de independencia respecto a la patronal, sin que ello signifique buscar confrontación, pero tampoco se rehúye a la controversia, asumiendo una actitud y visión de responsabilidad y respeto para con la sociedad a la que se sirve desde la escuela pública.

 

El SUMAEM, es prueba viviente de los avances democráticos en el Estado de Derecho, evidencia fehaciente de que la justicia siempre prevalecerá contra todos los intentos de imposición y represión desde algunas instancias del gobierno y sus titulares que les cuesta mucho acatar la ley.

 

La máxima del SUMAEM es el respeto a la legalidad, desde las leyes hemos luchado y triunfado por la libertad e independencia sindical, y seguiremos luchando por la búsqueda de políticas educativas que garanticen el desarrollo de la escuela pública, pero también de las oportunidades para el progreso personal y profesional del docente; por la equidad en el acceso a las oportunidades y la transparencia en la gestión sindical; por la procuración de una calidad de vida digna y satisfactoria para el maestro; por una retribución justa al esfuerzo, la iniciativa y la creatividad de cada profesor, por el bienestar del profesorado y de la sociedad.

 

El propósito es recuperar para los maestros la posición de referente social, conocidos, reconocidos y aceptados como un ejemplo a seguir, ejerciendo la libertad de pensar y decidir, convirtiéndonos en los promotores, provocadores y agentes de los cambios sociales; al frente de los alumnos, contribuyendo a la construcción de una sociedad libre y democrática, porque sólo las mentes libres, pueden formar a los hombres y a las mujeres libres que la construirán.

 

La lucha no ha terminado, seguimos combatiendo con las mismas armas: la ley, la libertad, la voluntad y la legalidad; los derechos de los docentes tienen que ser respetados, las demandas no atendidas deben cumplirse, la igualdad sigue siendo meta, lo mismo que la democracia que como bien social debe practicarse desde las escuelas de educación pública; los maestros, con nuestro trabajo y nuestras ideas debemos recobrar la confianza de la sociedad.

 

La cerrazón hasta ahora mostrada por las instancias gubernativas no nos desanima, tampoco nos desalienta, se confirma que cada derecho debe defenderse desde la ley.

 

Hoy somos un Sindicato Independiente en crecimiento y apegados a derecho, con la responsabilidad legal de promover las modificaciones a las condiciones generales de trabajo, a las leyes, reglamentos, convenios y demás documentos normativos que se firmaron con el sindicato único hasta dos mil nueve y que causan agravios a los maestros, dada la existencia ahora de dos sindicatos en el magisterio estatal; el despertar del profesorado de un pensamiento de subordinado a la de un trabajador con derechos garantizados en la ley, es una nueva realidad que se constituye ya en el inicio de una transición educativa en el Estado de México.

 

Por estos principios, seguiremos estando en la lucha legal por el logro de nuestras convicciones y el cumplimiento de nuestros compromisos, porque somos una nueva organización de maestros pensantes, propositivos, maestros de los que hoy requieren los padres de familia para sus hijos.

 

El único compromiso del SUMAEM es con la educación y con la sociedad que nos ha dado la oportunidad de prepararnos para servirles y poner en nuestras manos a los hijos de la nación que ya construyen un futuro más alentador para nuestro país.