Corrupción 

De acuerdo a un numeroso grupo de estudiosos de la sociedad mexicana, la corrupción es una de las principales causantes de la descomposición social que se ha venido acentuando en el país. Esa corrupción cuyos efectos vemos todos los días en taxis y autobuses que no debieran circular. Uno de los autores que se presentó […]

De acuerdo a un numeroso grupo de estudiosos de la sociedad mexicana, la corrupción es una de las principales causantes de la descomposición social que se ha venido acentuando en el país.

Esa corrupción cuyos efectos vemos todos los días en taxis y autobuses que no debieran circular.

Uno de los autores que se presentó en la denominada librería itinerante que se lleva a cabo en la plaza de los mártires de Toluca se refería al respecto.

Decía que de acuerdo a escritores como el célebre Octavio Paz, la corrupción en México tiene sus raíces en los lejanos tiempos de la colonia, cuando los que vinieron a administrar  la Nueva España tenían como divisa su propio enriquecimiento.

Esta última descripción parece retratar a un buen número de funcionarios públicos de los diferentes órdenes de gobierno, quienes han utilizado a su favor las posibilidades de su encargo mientras simulan interés por cumplir con sus obligaciones.

Por eso hay muchos jóvenes que aspiran a entrar en la política y en la administración pública como un camino para enriquecerse.

 Jóvenes que citan con admiración y respeto a políticos del PRI, PAN, PRD, que han sabido construirse fortunas considerables a través del  que, paradójicamente se llama,  servicio público.   

El autor mencionado señaló como ejemplo  de corrupción la compra  de los magistrados electorales del poder judicial,  a quienes el gobierno les ha otorgado una muy jugosa jubilación.

Otra historia es la de esos  jueces que han sido denunciados por haber producido fallos ilegales  en favor y por compra del llamado rey de los casinos.

En un programa nocturno la  conductora le preguntaba al padre Solalinde, ese que defiende a los inmigrantes del crimen organizado, cuál era la principal causa de ese  problema que constituye una crimen de lesa humanidad y vergüenza para el país.

Y el cura contestaba que la corrupción que hay, en forma de complicidad de los oficiales migratorios con las bandas criminales.

Esta corrupción que, decía  Solalinde, se ha denunciado en numerosas ocasiones  y respecto de la que las autoridades del instituto de migración no hacen nada ni antes con la inefable  presidenta del PAN ni ahora con el PRI.

Y no digamos la conducta de comunicadores como la de ese periodista  que en un exceso se ha vuelto defensor del presidente del PRI en el DF.

O  como la mayoría de los medios de la ciudad de Toluca, que viven elogiando de manera obscena las  mediocres acciones de todo tipo de funcionarios.

La corrupción desmiente las posibilidades de la racionalidad humana y la sobaja, al punto de que es, como dijo Sabina Berman, una mierda que ya nos llegó al cuello.