​Criaturas fantásticas

    Durante su infancia, a Neil Gaiman lo fascinaba el Museo de Historia Natural: ahí convivían meteoritos cósmicos con criaturas de los más remotos rincones del planeta con fósiles de seres extintos millones de años ha con minerales extrañísimos y prodigiosos… Lo maravillaba la existencia de tantos misterios, tantas maravillas; a su parecer, sin […]

 

 

Durante su infancia, a Neil Gaiman lo fascinaba el Museo de Historia Natural: ahí convivían meteoritos cósmicos con criaturas de los más remotos rincones del planeta con fósiles de seres extintos millones de años ha con minerales extrañísimos y prodigiosos… Lo maravillaba la existencia de tantos misterios, tantas maravillas; a su parecer, sin embargo, le faltaba esa otra rama de la zoología y la taxidermia que debía abocarse a los unicornios, a los dragones, a los hombres lobo, es decir, a todas aquellas criaturas fantásticas que él sentía tan palpables como los artrópodos y los teleósteos. De ahí la idea de compilar los relatos que conforman “El museo de historia antinatural presenta criaturas fantásticas” (aunque el título original en inglés se traduciría simplemente como “Criaturas contranaturales”, me gusta cómo lo denominaron los editores en español).

Dieciséis relatos que van de los clásicos hombres lobo y de las manchas voraces hasta los grifos y las mantícoras, pasando por invenciones como el pájaro solar y el cacatucán; si bien los textos están claramente concebidos para los lectores jóvenes, no deja de ser una variopinta y divertida selección, pues los cuentos no manejan el clásico horror del derramamiento de sangre y de los sustos predecibles: cada una de estas historias tiene una vuelta de tuerca inesperada, ya sea por el clímax de la historia o por lo fabuloso de la propia criatura.

Desde luego, hay cuentos mejor escritos que otros, pero en general creo que el libro cumple su cometido: presentar una legión de seres maravillosamente insólitos. Muy recomendable para invitar a los pequeños del hogar al mundo literario.