Con frecuentes interrupciones, producto de la emoción, Carles Puyol, se ha despedido este jueves del Barça en el Auditorio 1899, junto al Camp Nou, ante decenas de invitados que le han acompañado durante los 15 años de carrera vestido de azulgrana.
"Si tuviera que elegir un momento, sería cuando Abidal levanta la Copa de Europa en Wembley", ha dicho. Ni siquiera el momento elegido le pertenece a él. Desprendido y solidario, "el mejor capitán de la historia del club", como le ha designado Josep Maria Bartomeu, Puyol ha anunciado su marcha del Barça y del fútbol activo.
"No puedo jugar más. Tengo que ser honesto conmigo y con el club que me quiera fichar, y no puedo jugar" ha afirmado.
Tampoco será entrenador ni ayudante de entrenador. No rechaza, sin embargo, tener algún cargo en la cantera del Barça.
Puyol ha querido resultar, después de su dilatada carrera, y 21 título conquistados, la "calidad humana" que ha habido siempre en el Barça.
Predicando con el ejemplo, ha empezado a enumerar agradecimientos, despidiéndolos con la evocación de cinco personas ya desaparecidas: Toni Oliveres, el exfutbolista Micki Roqué, su padre, Luis Aragonés y Tito Vilanova.
A él y a Tata Martino, en particular, querría dedicarles el triunfo del sábado ante el Atlético.
En el Adutoro, además de futbolistas, entrenadores y personas vinculadas al fútbol, estaban la madre y el hermano de Puyol, su esposa, Vanesa Lorenzo, y amigos. Andoni Zubiarreta ha confesado que Puyol es el defensa que todo portero quiere tener en el equipo. Pero también ha subrayado su labor de liderazgo como capitán.
"Hay que estar siempre al lado de los compañeros y del club, sobre todo en los malos momentos", es el consejo que daría Puyol a sus sucesores.
A sus compañeros, sentados juntos en uno de los laterales del auditorio. Xavi Hernández, el primero en el escalafón, le ha dirigido un discurso como cierre de los parlamentos. "Eres el tío más profesional que he visto en 15 años". El listón ha quedado muy alto.
(Con información de El Periódico)