La visita de la gobernadora Delfina Gómez a Chalco, Edomex, pone de relieve la crítica situación que atraviesa este municipio tras las recientes inundaciones.
En este contexto, las palabras del periodista Luis Guillermo Hernández cobran relevancia al describir a Chalco como el símbolo más acabado del fracaso de los gobiernos neoliberales en México. Chalco, que surgió en los años 90 bajo la promesa de certidumbre territorial, se ha convertido, según Hernández, en el ejemplo más claro de un colapso urbanístico y gubernamental. La ciudad, construida sobre lodo y aguas negras, sigue sumergida en la corrupción y la precariedad, con una estructura urbanística fallida y una pauperización casi total de los servicios públicos.
La reciente reunión entre la gobernadora y las autoridades nacionales, estatales y municipales refuerza la necesidad de un apoyo constante para las familias afectadas, pero también subraya los problemas estructurales que han plagado a Chalco durante décadas.
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