Nada más neoliberal que recurrir a los préstamos bancarios para apalancar el gasto. Ese ha sido el método de los gobiernos del Estado de México —durante las últimas 3 décadas— que ha llevado a que la deuda pública estatal por primera vez en la historia rebase los 60 mil millones de pesos. Los datos oficiales revelan que al cierre de diciembre del año pasado ya se debían a la banca comercial y de desarrollo exactamente 60 mil 809 millones 347 mil 134 pesos con 86 centavos. Y quizá el problema no es realmente el colosal monto, sino la falta de información precisa del destino de todo ese dinero.
*
El español Bancomer BBVA se coloca como el principal banco acreedor del Estado de México con créditos por cobrar de 14 mil 618 millones de pesos. En la segunda posición, Banorte, de la familia Hank González, con 13 mil 140 millones de pesos. Tercero, el estadounidense Citibanamex, con 6 mil 880 millones de pesos. En cuarto y último lugar de la banca privada, el español Santander, 4 mil 315 millones. A quien más se debe es a Banobras —banca de desarrollo— 19 mil 51 millones de pesos gestionados para inversión.
*
Prestarle dinero al gobierno del Estado de México es un gran negocio para los bancos, ganan muchísimo. Para darse una idea, nada más el año pasado cobraron por concepto de intereses 6 mil 951 millones de pesos. Ridículamente, las amortizaciones a capital —suerte principal— fueron de apenas el equivalente al 10 por ciento de los créditos, 688 millones 495 mil pesos. El financiamiento es muy caro y, viendo las cifras, vivir de prestado no es saludable para las finanzas públicas estatales.
*
El próximo mes, José Luis Cervantes cumplirá sus primeros 2 años al frente de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. En 2022, fue designado, por unanimidad de los 75 diputados de todos los partidos, fiscal para un periodo de 9 años. Parece que no se equivocaron. El balance de resultados de su trabajo es aprobatorio. Allí están los datos y la memoria. Es un buen fiscal y puede mejorar.
Síguenos