El día 20 de febrero fue declarado el día mundial de la justicia social, esto debido a que la Organización Internacional del Trabajo adoptó la declaración sobre Justicia Social para la Globalización Equitativa el 10 de junio del año 2008.
La declaración surge en un momento político crucial que refleja el amplio consenso acerca de la necesidad de una fuerte dimensión social en la globalización, que permita conseguir mejores resultados y para hacer conciencia que se deben repartir de forma más equitativa los recursos.
En pocas palabras, la conmemoración de esta fecha busca fomentar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza, promover el empleo pleno, la igualdad entre los sexos, el acceso al bienestar y la justicia social para todos. El enfoque primordial se basa en el eje del empleo, y surgen conceptos como trabajo decente que pretende expresar lo que debería ser en el mundo globalizado un buen trabajo o un empleo digno.
En México, esa meta se aleja mucho de lo real, pues de acuerdo con los datos emitidos por el INEGI, en la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del tercer trimestre de 2016, hay 90 millones de personas en edad productiva con una taza de participación del 60.2 por ciento, pero existen grandes retos: los bajos salarios que no mejoran, la calidad de vida de las personas, la consolidación del trabajo formal por encima del informal. Además de estos retos, la Organización Mundial del Trabajo busca establecer nuevas ramas de la seguridad social para la protección de los trabajadores que tanta falta hacen, pues en un mundo globalizado, lo que más hay que cuidar es la defensa de los derechos.
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