La muerte de Jorge Mario Bergoglio dejó un vacío en México, el segundo país con más católicos del mundo, con cerca de 100 millones de fieles. También dejó un vacío en el Vaticano, que será ocupado por alguno de los 133 cardenales, entre ellos dos mexicanos con voto. Estos prelados tienen su historia en el Estado de México.
El tema principal de este cónclave se centrará en el perfil ideológico del próximo papa. Francisco I convirtió a la Iglesia en un espacio más progresista, humanista y comprometido con los más vulnerables. Esto provocó una reacción entre los sectores más conservadores, que abogan por un regreso a la doctrina católica tradicional.
Los mexicanos en el cónclave
Carlos Aguiar Retes
Nació en Tepic, Nayarit, en 1950. El cardenal de 74 años es una voz influyente dentro de la Iglesia y preside la Arquidiócesis Primada de México.
Su formación académica incluyó estudios en el Seminario de Tepic, en universidades de Estados Unidos y, más tarde, en Roma, donde obtuvo un doctorado en Teología Bíblica.
Su paso en el Edomex
Fue ordenado sacerdote en 1973. En 1997, lo nombraron obispo de Texcoco, con jurisdicción en municipios como Tepetlaoxtoc, Papalotla, Tezoyuca, Chiautla, Chiconcuac, Atenco, Texcoco, Chicoloapan y Chimalhuacán.
En 2009, lo trasladaron a la Diócesis de Tlalnepantla y se le vinculó al Grupo Atlacomulco, pues como arzobispo de Tlalnepantla apoyó a Enrique Peña Nieto desde su primer acto como precandidato a la presidencia.
Fue pieza clave para anular el matrimonio de Angélica Rivera, quien luego se casó con el entonces candidato presidencial. Además, celebró el matrimonio del exgobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, con María Irene Dipp, y mantiene una relación cercana con Alfredo del Mazo, actual gobernador del Edomex.
En 2016, el papa Francisco lo nombró cardenal. Ha participado en el desarrollo de una pastoral misionera para México. En 2018, lo designaron arzobispo primado de México, el cargo más alto en la jerarquía católica nacional, sucediendo al cardenal Norberto Rivera Carrera.
Fue presidente tanto del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) como de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Postura ideológica: Su cercanía con el papa Francisco se enfoca en una Iglesia más inclusiva y atenta a las realidades sociales. Según El País, Aguiar ha seguido la línea de Bergoglio, aunque sus esfuerzos reformistas chocaron con la resistencia del clero conservador.
José Francisco Robles Ortega
Nació en el municipio de Mascota, Jalisco, en 1949. Actualmente, se desempeña como arzobispo de Guadalajara.
El 30 de abril de 1991, el papa Juan Pablo II lo designó obispo titular de Bossa y auxiliar de Toluca. Fue consagrado el 5 de junio de ese año por el obispo de Toluca, Alfredo Torres Romero, con los obispos José María Hernández González (de Nezahualcóyotl) y Javier Lozano Barragán como co-consagrantes.
Tras la muerte de Alfredo Torres Romero, asumió como obispo de Toluca el 15 de junio de 1996, donde permaneció hasta el 25 de enero de 2003, cuando Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Monterrey.
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El cardenal Robles Ortega, entonces obispo de Toluca, fue clave para que el PAN ganara en 2006 con Juan Rodolfo Sánchez Gómez la capital del estado, derrotando a Luis Miranda. Un ejemplo del poder e influencia de la Iglesia.
El 14 de noviembre de 2012, los obispos de México lo eligieron presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para el período 2012-2015, sucediendo a Carlos Aguiar Retes.
Según Elio Masferrer, investigador del INAH, Robles Ortega pertenece a los «nietos de los cristeros», un grupo tradicionalista vinculado a la vieja escuela del catolicismo, que rechaza el Concilio Vaticano II y aboga por «la defensa de la familia».
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