Dueña de mí: la geografía del cuerpo

Toluca, México; 26 de marzo de 2018. La noche del 23 de marzo se llevó a cabo el evento “Memorias de mis putas libres”, organizado por las promotoras de cultura Michelle Gaytán y Yoselin Velázquez, en el Centro Toluqueño de Escritores. La ocasión evocaba una atmósfera muy a tono con el título del evento, que […]

Toluca, México; 26 de marzo de 2018. La noche del 23 de marzo se llevó a cabo el evento “Memorias de mis putas libres”, organizado por las promotoras de cultura Michelle Gaytán y Yoselin Velázquez, en el Centro Toluqueño de Escritores. La ocasión evocaba una atmósfera muy a tono con el título del evento, que podía percibirse desde el ingreso al lugar.

El umbral recibía a los asistentes con una decoración en tela que simulaba el acceso a las distintas capas de la vagina. Adentrase por las escaleras no era más que el paso dado hacia lo “desconocido”, un camino que se recorría con luces rojas y azules acompañadas de un aroma mezclado entre sándalo y vainilla. No podía faltar el humo que evoca la erótica sensación de ver el cuerpo entre sombras.

A las 21:00, las organizadoras dieron la bienvenida y, brevemente, explicaron cómo surgieron la idea, la organización y la finalidad del evento. Michelle Gaytán y Yoselin Velázquez se conocieron en la Facultad de Humanidades de la UAEMéx, pues ambas estudiaban la licenciatura en Filosofía; pero no fue hasta hace un par de meses cuando comenzaron una amistad que las llevó a diseñar proyectos para promover tanto la cultura como la disciplina filosófica.

Cabe mencionar que ambas, por su parte, llevan tiempo realizando estas actividades; sin embargo, “Memorias de mis putas libres” es el primer evento que las dos crean, producen, dirigen y participan. La idea se gestó cuando asistieron al “Primer Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan”, celebrado en el caracol zapatista de la zona Tzotz Choj.

La convivencia entre mujeres con distintos contextos políticos y sociales las llevó a, entre otras cosas, la necesidad de repensar la connotación de la palabra “puta”, ya que alude a prejuicios culturales que consideran carentes de fundamento y, por lo mismo, no son ni aplicables ni vigentes.

La idea surge a partir de la magistral novela de Gabriel García Márquez, “Memorias de mis putas tristes”, que no sólo fue un pretexto (por el título de la palabra en cuestión) sino el detonante para poner en escena y en la cabeza de los asistentes el interrogante de lo que actualmente significa “puta”. El erotismo, el gozo, el placer y la autoexploración femenina son los elementos sobre los que se desarrolló el evento. De ahí que el performance creado por las organizadoras también se llame así.

Después de la presentación, la artista plástica Socorro Alcántara inauguró una breve exposición sobre su obra “Nocturnos”, donde también interactuó con el público y dio muestra de sus influencias como de su talento a través de una producción que destaca el cuerpo femenino.

Posteriormente, se presentó el performance “La Regla”, por Karla Olguín, en el que representó desde la comedia el modo en que una chica asume su primer periodo. Acto seguido, Militza Galván presentó su producción visual “El Retorno”, con el que, a través de algunas imágenes y el sonido del viento, el espectador sumerge su imaginación en una interrogante que pregunta si existe o no un origen y en dónde es que puede ser encontrado.

Tras un intervalo de diez minutos, comenzó la exótica participación de la bailarina Tania Ortiz Velázquez. La danza árabe fue la introducción a un ambiente que, entre las percusiones y los movimientos de cadera, dispuso al público a profundizar en los planos de lo erótico y de las ideas que produce pensar la palabra “puta”.

El evento cerró con el performance “Memorias de mis putas tristes”, con el cual, desde lo poético, se exaltó aquello que despiertan las palabras y las sensaciones del cuerpo femenino que, al no sentirse objeto, sino sujeto de deseo, cuestionan si una mujer es puta según el discurso elegido para los fines de la presentación:

¿Seré puta? por sentir placer y gozo, abandonada siempre al deseo, porque mi carne tiembla y mis dedos conocen el camino. La geografía de mi cuerpo se abre y me poseo. ¡Soy dueña de mí y el mundo se va al carajo!… He perdido el norte de la moral y así, sin dueño, fui creando mi propia brújula con un cinismo sin nombre.

 

Yoselin F. Velázquez.