Educación gratuita y libre de violencia: la historia de la activista estudiantil Abigail Arias

Educación gratuita y libre de violencia: la historia de la activista estudiantil Abigail Arias
No solo las demandas por violencia, acoso, hostigamiento y abuso se hicieron presentes, también las exigencias por mejorar la seguridad y la calidad educativa



Abigail Arias es una joven estudiante que desde los 15 años protesta por una educación gratuita y libre de violencia en la UAEMex. Aunque su lucha al interior de la universidad ha sido un camino escabroso, ella cree que es necesario continuar para transformar las condiciones educativas de la institución y del país. 

Lee: Aumenta violencia contra mujeres durante pandemia en Edomex, ¿por qué?

Cuando Abigail entró al plantel Adolfo López Mateos de la Universidad Autónoma del Estado de México, el movimiento de mujeres comenzaba a resonar en todos los espacios. Además, las desapariciones y feminicidios en el Estado de México empezaban a visibilizarse. Por esta razón, ella, junto con el Colectivo Feminista Polvo de Estrellas, realizaban diversas actividades para denunciar esta situación: 

Mi nombre es Abigail Arias, tengo 21 años. Cuando tenía 15 años ingresé a la preparatoria número 1 de la UAEMex. A partir de ese momento comencé junto con otra compañera a realizar algunas actividades al interior de la preparatoria; denunciando la violencia sexual y de género, y pronunciándonos por algunos otros problemas sociales. 

Después, cuando ingresé a la Facultad de Antropología ahí empezamos a convocar a diferentes actividades. Antes del paro habíamos convocado a diferentes reuniones y asambleas para hablar acerca del acoso y hostigamiento sexual al interior de la facultad. Cuando comenzaron los paros en la universidad, nosotras también nos fuimos a paro. 

Las mujeres y el movimiento estudiantil

La participación de las mujeres en el movimiento estudiantil ha sido poco visibilizada a lo largo de la historia. Un caso emblemático es el movimiento estudiantil del 68, en donde son recordados los líderes estudiantiles hombres, pero no el trabajo que desempeñaron las mujeres –estudiantes, maestras, amas de casa, trabajadoras– en el movimiento. 

En el texto “No sólo cocinábamos…: Historia inédita de la otra mitad del 68”, las autoras hacen una recopilación de entrevistas a mujeres que participaron en este acontecimiento histórico y aunque ellas mismas no reconocían que su intervención fue fundamental, expresan que el 68 les cambió la vida. 

En la actualidad, la paticipación de las mujeres en el movimiento estudiantil es notoria. Sobre todo cuando se trata de exigir que cese la violencia contra ellas al interior de los planteles educativos. Situación que desató –desde el 2020– paros estudiantiles en diferentes universidades del país. 

No te pierdas: El paro en UAEMex y la visibilización de la violencia

Tal como narran las mujeres que participaron en el movimiento del 68, para Abigail no pasa desapersivida su participación en los procesos estudiantiles al interior de la UAEMex:

Estar involucrada en el movimiento estudiantil, en el movimiento de mujeres, pues ha implicado un compromiso y un cambio en mi forma de vida, en la medida en que dedico tiempo a aspectos que son de importancia. 

Al interior de los espacios universitarios también ha implicado cierta hostilidad de parte de compañeros y compañeras como de las autoridades universitarias. Nos encontramos constantemente señaladas. No hay medidas de represión o a mí no me ha tocado ser víctima –como en otros momentos históricos del movimiento estudiantil–, pero sí siguen existiendo los señalamientos, los llamados de atención.







El paro y las demandas estudiantiles

La UAEMex atravesó por una grave crisis en el 2020, luego de estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Conducta denunciaron a un agresor cibernético al interior de la universidad, quien comercializaba con las fotografías íntimas de las estudiantes sin su consentimiento.  

Sin embargo, no solo las demandas por violencia, acoso, hostigamiento y abuso se hicieron presentes, también las exigencias por mejorar la seguridad, la calidad educativa, democratización de la universidad, y después la gratuidad en los libros de texto y las cuotas de inscripción. 

En este proceso fueron las mujeres, principalmente, quienes tomaron los espacios educativos para ser escuchadas por las autoridades. 

Durante el paro estudiantil se introdujo esta demanda de erradicación de la violencia sexual y de género y se sumaron todos los estudiantes hombres y mujeres al paro estudiantil pues se hizo parte de nuestra agenda como estudiantes. Desde ese momento no se ha dejado de tener en cuenta la demanda de la erradicación de la violencia, explica Abigail.

Pero ¿cómo se relaciona la violencia contra las mujeres con otras demandas que tenían las y los estudiantes organizados? 

Hay cierta relación entre algunas de las problemáticas que se han presentado en la universidad. Está el caso de Sitzi que fue asesinada, que era una estudiante foránea y tenía que vivir fuera de su hogar. Entonces, una de las demandas que tenemos es la casa del estudiante foráneo, que garantizaría no solamente una preocupación menos en el tema económico, sino en cuanto a la seguridad. Sobre todo para las mujeres que tienen mayor vulnerabilidad. Por ejemplo, Sitzi estudiaba en un centro universitario más alejado de CU, que la ponía en riesgo. 

Te puede interesar: Cada vez más mujeres se organizan contra la violencia estructural

La victoria de la gratuidad parcial de los libros de texto

El proceso de demanda de gratuidad inició en el marco de la pandemia ya cuando teníamos clases en línea comenzamos un proceso de convocatoria virtual para exigir la gratuidad de inscripción. O sea que se eliminara la cuota de inscripción en el 2020B; sin embargo, pues no recibimos una respuesta favorable. Este es el antecedente de la demanda. 

Cuando fue el proceso de registro de los aspirantes a la rectoría entregamos pliego petitorio al aspirante que ahora es el rector, Carlos Eduardo Barrera Díaz, y a la aspirante Yolanda Ballesteros. Les entregamos este pliego para que se comprometieran con las demandas del movimiento estudiantil. Ahí se encontraba la demanda de la gratuidad de los libros de texto y otras tantas que consideramos que engloban la gratuidad total de la educación. También se encuentran en ese pliego las demandas de la erradicación de violencia sexual y de género. 

Para entender mejor: Irrumpen universitarios en comparecencia de Barrera; le entregan pliego petitorio

Posteriormente, –a través de convocatorias virtuales– tuvimos reuniones, realizamos difusión a través de redes sociales y se sumó el sector más interesado en la gratuidad de los libros de texto, que eran los estudiantes de preparatoria. También, se sumaron estudiantes del nivel superior, madres de familia, egresados, fue un movimiento amplio en el que yo tuve participación y estuvimos participando a través de Asamblea Universitaria en las convocatorias. Realizamos una petición que se dirigió al rector y realizamos una toma simbólica de la librería universitaria. 

Finalmente, nos presentamos en rectoría, presentamos esta petición y nos dieron cita para darnos una respuesta final ante la solicitud de las y los estudiantes. Al final no conseguimos la gratuidad total de los libros de texto, pero sí que los libros se digitalizaran y fueran mucho más baratos. 

Actualmente, cuesta cada uno de los libros digitales 25 pesos y hubo un descuento de 20% en los libros físicos. Además, se nos aseguró que no iban a ser obligatorios, porque eran un requisito o eran parte de la evaluación para los estudiantes de preparatoria. Entonces, estábamos obligados a comprarlos. 

¿Qué refleja la victoria?

Abigail explica que fue el trabajo colectivo el que hizo posible la gratuidad parcial de los libros de texto, pero sobre todo la convicción de los estudiantes para exigir mejores condiciones al interior de la universidad: 

La victoria fue un referente importante para quienes participamos porque implica que la lucha nos lleva a resultados concretos. Aunque hubo derrotas, esto es un reflejo de que también habrá victorias y de esa forma los estudiantes podemos obtener mejores condiciones para estudiar. 

No hay recetas mágicas y tampoco habrá una respuesta inmediata por parte de las autoridades. Somos nosotros mismos que luchando vamos conseguir que mejoren esas condiciones. 

Lee: Avanza gratuidad en libros de texto de la UAEMex

Existe la necesidad de que haya un cambio radical. Para que las condiciones en los espacios universitarios y académicos puedan cambiar, también debe haber un cambio en la sociedad. Por eso, sigo luchando y siendo participe del movimiento estudiantil y del movimiento de mujeres. Considero que son sectores en los que ha habido una amplia participación política, que los estudiantes y mujeres nos hemos convertido en actores políticos importantes para hacerle frente a los distintos gobiernos, a nivel nacional, estatal y local que no han logrado resolver nuestras problemáticas. Es por eso que considero importante seguir siendo parte de este movimiento.