Toluca, México; 9 de agosto de 2018. El Estado de México es un territorio de paso para el tráfico de drogas al mercado más grande del país, la Ciudad de México, y debido a su importancia geográfica, estratégica, económica, política y demográfica, ha sido una de las entidades más disputadas por organizaciones criminales y de tráfico de drogas de la nación.
La entidad es la más insegura del país y la ecuación del narcotráfico y la comisión de delitos ha sido clave para que en el Estado de México se hayan cometido 132 mil 366 delitos de enero a junio de 2018 y junto con la ciudad de México, la segunda entidad más violenta del país con 111 mil 250 crímenes, concentran el 26 por ciento del total de los crímenes de toda la nación.
Los homicidios en tierra mexiquense suman 1 mil 418 en el primer trimestre del años, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del sISTEMA Nacional de Seguridad Pública, el 6.64 por ciento del total nacional; y en 2017 se cometieron 3 mil 46 homicidios de acuerdo con el INEGI, aunque sus datos tuvieron corte al 16 de julio de 2018.
El narcotráfico es una de las causas fundamentales de la violencia. Ayer el gobierno federal capturó a uno de los narcotraficantes con más presencia en el Estado de México y en la capital del país.
Agentes antidrogas de la Policías Federal detuvieron a Roberto Moyado Esparza o Roberto Fabián Miranda, “El Betito”, líder de la organización Unión Tepito, dedicada al tráfico de drogas en la capital del país y responsables de los altos índices de inseguridad en la Ciudad de México.
El titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, que El Betito cambió de apariencia para evadir a las autoridades de la federación que lo buscaban por tráfico de drogas. Se realizó intervenciones quirúrgicas, utilizó prótesis capilares y bypass gástrico para bajar 30 kilos.
Sales informó que el imputado utilizaba varias casas de seguridad ubicados en Polanco, Jardines del Pedregal y San Ángel, inmuebles en los que se refugió para evitar ser aprehendido por las autoridades. El Betito fue capturado ayer en la noche por elementos de la Policía federal.
Hoy fue trasladado en la mañana a las instalaciones de la Procuraduría General de la República en medio de un fuerte operativo de seguridad, en donde enfrentará un proceso judicial por los delitos de narcomenudeo, extorsión, despojo, secuestro y lavado de dinero, entre otros ilícitos, informó en rueda de prensa el titular de la Comisión Nacional de Seguridad.
El cártel de la Unión de Tepito, surgido en 2010 con presunto apoyo del Cártel Jalisco Nueva Generación, mantenía una disputa por el control del tráfico de estupefacientes en la Ciudad de México con la Fuerza Anti Unión.
El pasado octubre de 2017, el exlíder de la Unión de Tepito, Pancho Cayagua, fue asesinado cuando salía del estacionamiento de un centro comercial en la delegación Gustavo A. Madero, presuntamente por órdenes de El Betito. Después del incidente el ayer detenido tomó el control de la organización delictiva de la capital del país.
La autoridad federal culpa a El Betito de ser el responsable del aumento de violencia en la Ciudad de México y en la zona oriente del Estado de México. A la Unión Tepito se le vincula con el tráfico de drogas en centros nocturnos de las colonias Zona Rosa, la Condesa, Polanco, así como el cobro de derecho de piso a diversos negocios de la delegación Cuauhtémoc.
El pasado martes 10 de julio, cinco cadáveres fueron hallados por agentes de seguridad del Estado de México en la colonia Bosques de Aragón del municipio de Nezahualcóyotl. Los cuerpos se localizaron en la parte trasera, en la cajuela y en el asiento del copiloto. Ese mismo día, en la colonia Renacimiento de Aragón de Ecatepec, fueron encontrados los restos de dos individuos. En ambos casos, fueron encontrados mensajes que atribuían los hechos a la Fuerza Anti Unión y que eran causa de la disputa con La Unión de Tepito por las plazas de distribución de drogas.
Posteriormente, el 12 de julio, el fiscal general de Justicia del Estado de México, Alejandro Gómez Sánchez, afirmó que en la entidad operaban los cárteles de la Familias Michoacana y el Jalisco nueva Generación, así como grupos minoritarios que ostentaban pertenecer a la delincuencia organizada.
El Cártel Jalisco Nueva Generación tiene presencia en el oriente del Estado de México; el cártel Nuevo Imperio domina Huixquilucan, Tlalnepantla, Naucalpan y Atizapán; la Familia Michoacana opera desde la Tierra Caliente del Edoméx, y las organizaciones Monterrey y MML pelean el control de Ecatepec, Tecámac, Nezahualcóyotl y otros del oriente mexiquense.