El empleo informal y la precariedad laboral que oculta el término “Neni”

El empleo informal y la precariedad laboral que oculta el término “Neni”
Las vendedoras necesitan ser educadas y atentas desde el primer contacto que tienen con los compradores para elevar las posibilidades de venta, de ahí surge el término

El término “neni” se ha popularizado en los últimos días y se ha utilizado de manera despectiva para referirse a las mujeres que realizan ventas por internet, que forman parte del 55.2% de mujeres que trabajan en la informalidad en el Estado de México.

Adriana Trejo comenzó a vender a través de su página “La muerte Roja”, en donde oferta comida vegana y productos de limpieza. Ella explica que las vendedoras necesitan ser educadas y atentas desde el primer contacto que tienen con los compradores para elevar las posibilidades de venta, de ahí surge el término “neni”.

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“El ‘neni’ es una manera linda de referirte a tus clientas mujeres. Ahora se nos llama así a las vendedoras. Además, en redes, se mira como una manera cómica o de burla de imitar a dichas vendedoras”, explica Adriana en entrevista.

Por su parte, Ana López Villegas, maestra en sociología, explica que el término tiene connotaciones machistas y clasistas que buscan colocar a las mujeres en una situación de subordinación; si bien las ventas por internet son una forma de autoempleo, también es cierto que las mujeres no cuentan con un salario fijo, ni garantía de cubrir las necesidades alimentarias.

“A mí me parece que las mujeres han logrado tener una independencia económica a través de esta práctica y, justamente, me parece que de ahí nace esta burla y la subordinación. De ahí a romantizar y decir que es autonomía y libertad para las mujeres me parece que es peligroso, porque se invisibiliza que muchas de las mujeres que realizan esa práctica de intercambio de mercancías están precarizadas”, precisa Ana.

Por su parte, Ana López Villegas, maestra en sociología, explica que el término tiene connotaciones machistas y clasistas que buscan colocar a las mujeres en una situación de subordinación

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) precisa que el 42.2% de las mujeres tienen un micronegocio; no obstante, 22.9% no cuenta con un establecimiento; además de que se vio reducido el porcentaje de mujeres que cuentan con un establecimiento al pasar de 22-2% en el tercer trimestre de 2020 a 19.2% en el cuarto trimestre.

Es importante mencionar que la pandemia ha agudizado el desempleo y un porcentaje importante de mujeres que perdieron su empleo tuvieron que encontrar formas de generar ingresos. En la entidad 6.2% de las mujeres estaban desempleadas durante el cuarto trimestre de 2020, lo que representa 1.2% más que en el mismo periodo del 2019 cuando no se había decretado la contingencia sanitaria por Covid-19, de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Ocupación y precariedad laboral

Durante el año 2020 el desempleo afectó severamente a las mujeres, en el cuarto trimestre de 2019 había 3.1 millones de mujeres ocupadas, sin embargo, para el mismo periodo de 2020 la cifra descendió a 2.8 millones.

Cabe destacar que de las mujeres ocupadas el rubro de trabajadoras por cuenta propia pasó de 22.7% en tercer trimestre de 2020 a 25.2% en el cuarto trimestre, es decir, el porcentaje de mujeres que labora en este sector aumentó 2.5%.

Para Adriana ha sido una forma de autoempleo que le ayuda a cubrir gastos familiares, pero argumenta que las ventas por internet implican riesgos que pueden vulnerar su integridad física, al tener que encontrarse con personas desconocidas, lo que se complica si las mujeres vendedoras acuden acompañadas de sus hijos; además, de no contar con un ingreso fijo.

“Las nenis tenemos que buscar la comida de diario a falta de empleo formal, de prestaciones, de seguridad social y las que tienen empleo formal, a falta de un empleo digno sin salarios miserables”, explica.

Por ello, es importante evidenciar que las mujeres están sosteniendo la economía familiar, pero lo están realizando a través de trabajos precarizados.

“Quienes son las personas que se encuentran en las fábricas y en las maquilas, la mayoría son mujeres, así como en los empleos informales. Me parece que sí, que las mujeres están levantando o sosteniendo la economía, pero con trabajos precarizados. Por ello, debemos cuestionar las formas de explotación”, argumenta Ana López.