El gobernador Alfredo del Mazo no meterá las manos en las elecciones

La caída del coordinador de Comunicación Social que le acompañó durante el sexenio así puede interpretarse

El mensaje que envió el gobernador Alfredo del Mazo fue contundente: no meterá las manos en las elecciones, ni permitirá que alguien desde el servicio público lo haga. La caída del coordinador de Comunicación Social que le acompañó durante el sexenio así puede interpretarse. Buenas noticias para la democracia y el juego limpio; malas, muy malas, para priistas, panistas y perredistas que se frotaban las manos y relamían los bigotes.

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Jorge Zamudio, lamentablemente, se va no de la mejor manera. Le atraparon con los dedos en la puerta y, para evitar un daño mayor, le echaron con rudeza; tanto que su jefe, el gobernador, no quiso recibirle y ordenó al secretario General de Gobierno le pidiera la renuncia.

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Hacer leña de árbol caído es pusilánime. Durante todo el tiempo que sirvió Jorge al gobernador, lo hizo con lealtad y hasta el límite de sus capacidades. Festinar su caída habla muy mal de quien lo hace, le describe como pequeños acomplejados que ven una victoria propia en la derrota ajena.

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La historia de la defenestración de Zamudio es breve: envió mensajes vía WhatsApp a quienes consideraba sus amigos periodistas de confianza pidiéndoles la publicación de un texto acusatorio contra Delfina Gómez. Al menos un par de ellos tomaron capturas de pantalla y las entregaron al coordinador de campaña, Horacio Duarte, quien de inmediato hizo la denuncia pública.

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Jorge Zamudio, quien inició en el PRD, pasó por la Secretaría de Comunicación Institucional del PRI y llegó a la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado de México, de la que se fue “decepcionado”, según sus propias palabras. Nada es para siempre ni nada es para tanto. La vida sigue.