El infierno está empedrado de buenas intenciones

El infierno está empedrado de buenas intenciones
En política se trata de parecer más que de ser

El significado de esa frase proverbial es que de nada sirven los buenos propósitos si no van acompañados de las obras. Se emplea con sentido irónico para criticar a quien incumple su palabra. 

Eso parece que se ejemplifica con la firma del llamado «Acuerdo de Integridad Electoral para las elecciones a la gubernatura en junio de 2023», en el cual participaron, entre otros, el gobernador del Estado de México, los Institutos Nacional y Estatal Electoral, los Tribunales Federal y Estatal en materia Electoral y los representantes de los partidos políticos. 

En política se trata de parecer más que de ser; se pretende dar la impresión de que todo es cordialidad y buenos tratos, cuando en realidad debajo de la mesa se están dando hasta con la cubeta. 

Estiman que pueden engañar a la gente sabiendo que son lobos vestidos de ovejas. 

Para botón de muestra ahí están las redes sociales descaradamente agresivas; la clase política mostrándose tal cual es, artera, ventajosa, mal intencionada, haciendo del meme y las imágenes truqueadas su arma ante la falta de argumentos: la violencia política en razón de género no les limita. 

¿Quién les va a creer a algunos medios de comunicación si permanentemente están haciendo su parte, siendo instrumentos del poder para difundir sin pudor medias verdades o, descaradamente, fake news cargadas de adjetivos calificativos? 

¿Cómo confiar en los árbitros a nivel federal si están francamente enfrentados con el presidente de la República y sus homólogos estatales plegados al gobernador en turno? 

¿Quién creerá en la imparcialidad de un gobernador que descaradamente recorrió el estado con su abanderada, imponiéndola con cargo descarado a los recursos públicos?

Mientras no se sacuda e inicie el desmantelamiento de un sistema de intereses y corrupción, donde las causas de la población pasan a un segundo término, estaremos presenciando cómo el infierno está empedrado de buenas intenciones. 

No será fácil acabar con un mal de cerca de 100 años, son muchos los intereses económicos. Solo el voto masivo puede contrarrestar la maquinaria, pero el cambio se avizora posible; los pueblos tienen los gobernantes que merecen. Ahora en el Estado de México se puede cambiar la historia.