El Miguelazo 

La violencia tiene muchas formas y expresiones, puede ser sutil desde contar un chiste misógino u homofobo, donde todas las mujeres son tontas y todos los maricones amanerados y perversos, o la violencia puede ser directa por parte de la delincuencia, el gobierno, la televisión o el cine que muestra muertos reales o ficticios. Es […]

La violencia tiene muchas formas y expresiones, puede ser sutil desde contar un chiste misógino u homofobo, donde todas las mujeres son tontas y todos los maricones amanerados y perversos, o la violencia puede ser directa por parte de la delincuencia, el gobierno, la televisión o el cine que muestra muertos reales o ficticios.

Es por demás preocupante una forma de violencia que campa a lo largo y ancho de nuestro país, y es ejercida con singular alegría por nuestras autoridades de todos los niveles de gobierno y por todas las ramas de el, se llama culto a la personalidad.

Es esa expresión mediante la cual el gobernante o político en turno, nos resalta lo maravilloso que es, lo importantes que son SUS obras, SU administración, SUS recursos y nos lo hace saber gastando carretonadas de dinero en forma de publicaciones, inserciones, radio, televisión, espectaculares, magnos eventos llenos de acarreados y lambiscones y en el peor de los casos de niños y profesores que son llevados para acariciarle el ego al Señor y sus fotos.

Porque es violencia, bueno, porque resulta que nos quieren imponer versiones y visiones de personas que lo único que hacen (o debieran hacer) es un trabajo por el que cobran más que bien y nos imponen como sociedad una imagen que quieren promover de ellos mismos como seres superiores (you know, para la próxima elección), además de fomentar el delicioso calorcito a sus hinchados egos, recordemos por ahí una frase genial: lo que esta hinchado aparece ser grande, pero sólo está enfermo.

Tan es violento e intrascendente y por tanto ocioso y ofensivo para la sociedad toda, que una vez que dejan de meterle lana a su imagen, desaparecen como por arte de magia, y no vuelve a haber muestra alguna de sus dones y capacidades, como por ejemplo….aquí usted pone el nombre de su político favorito del pasado reciente. Vamos que no aporta nada, que no sirve para nada y si nos agrede.

La reflexión de fondo es que no son SUS recursos, SUS gobiernos, SUS administraciones; es NUESTRO gobierno, NUESTROS, recursos y NUESTRAS administraciones, debemos exigir más seriedad y responsabilidad de los gobernantes, ya quisiera yo ver la placa inmensa en la Torre Eiffel, o en el Capitolio, o en cualquier puente, paso a desnivel u obra que pagamos los ciudadanos que los políticos orinan como los perritos, para hincharse con el: MÍA.