El poder también se equivoca

Lo nuevo puede no ser perfecto, pero lo viejo ya es putrefacción.
mayo 23, 2025

El altar de la simulación jurídica

Defender al actual Poder Judicial como si fuera un bastión democrático es una burla a la inteligencia. No fue construido para el pueblo, sino para resguardar intereses políticos, económicos y familiares. La mayoría de sus estructuras responden a cúpulas, no a ciudadanos. La toga se convirtió en disfraz y la balanza, en botín.

Quienes hoy lo exaltan lo hacen por nostalgia de sus privilegios o por ignorancia funcional. Creen que el pueblo no debe tocar lo sagrado, cuando lo sagrado ha dejado de servir al pueblo.

Votar para elegir jueces no es una herejía jurídica, sino una apuesta mínima por la justicia. El proceso tiene vicios, sí, pero el modelo actual está enfermo de raíz. Lo nuevo puede no ser perfecto, pero lo viejo ya es putrefacción.

La verdadera aberración es creer que nada debe cambiar.

**

 El mandato no se hereda, se honra

En junio se cumplirán dos años del momento en que el pueblo mexiquense, con una votación abrumadora, echó del poder a un régimen priista que gobernó casi un siglo como si el Estado de México fuese su hacienda personal. La decisión fue clara: terminar con el viejo orden y apostar por un cambio real, encabezado por Delfina Gómez.

Pero el cambio no se decreta: se construye. Y hasta ahora, avanza con lentitud. Las inercias persisten, los viejos pactos se disfrazan de nuevos, y las transformaciones estructurales aún no aterrizan.

La sociedad no debe delegar su voluntad. Presionar, vigilar y exigir es parte de la democracia. Los políticos son instrumentos, no protagonistas. Delfina tiene la legitimidad, pero también la obligación de interpretar correctamente el mandato que se le confió.

El pueblo ya eligió el camino; ahora debe asegurarse de que no lo desvíen.

**

El exceso de autobombo y la escasez de lectura

Afirmar que el trolebús a Chalco es una obra “única en el mundo” no sólo es una exageración pueril, sino una ofensa a la inteligencia pública. El secretario de Movilidad, Daniel Sibaja, se precipita en su afán propagandístico y cae en un ridículo innecesario: basta con mirar a China, Corea del Sur, Suiza, Rusia o Singapur para encontrar sistemas mucho más complejos, eficientes y sostenibles.

Decir que Chalco marca un antes y un después en la historia global del transporte es como decir que una cubeta de agua tibia reinventó el fuego. O el metro. O la rueda.

Tal vez el problema no sea únicamente la arrogancia, sino la ignorancia. Y si quienes ejecutan las obras no conocen el mundo, menos podrán transformarlo. La propaganda que subestima al pueblo termina convirtiéndose en su mayor insulto.

Menos slogans, más perspectiva. Menos ego, más realidad

**

Causalidades encendidas

En política no existen las casualidades: todo tiene un origen, un interés y un objetivo. Así debe leerse la reciente ofensiva mediática que vincula —de forma directa o sugerida— al secretario general de Gobierno, Horacio Duarte, con el escándalo del huachicol fiscal. No es sólo ruido: es fuego dirigido.

Los señalamientos contra su ex secretario particular, Juan Carlos Madero Larios, han sido exhibidos con detalle por El Universal, Código Magenta y la columna de Héctor de Mauleón. Los datos están ahí. El silencio de Duarte, también. Y eso, en la política, pesa.

Callar ante una imputación grave no es prudencia, es estrategia. Pero no siempre funciona. Si Horacio quiere preservar su autoridad moral y política, deberá responder con claridad y contundencia. No basta con esperar que el vendaval pase.

Quien aspira a ser poder, debe aprender que la transparencia no es optativa.

**

Ecos de viejos expedientes

Vale la pena preguntarse si el asedio que hoy enfrenta Horacio Duarte es un episodio aislado o parte de un ajuste de cuentas más profundo. La abrupta salida de Andrés Andrade del gabinete en 2023 dejó interrogantes sin resolver, y algunos observadores bien informados ven hilos conectores entre aquel episodio y el expediente del huachicol fiscal que hoy amenaza al círculo cercano del secretario general.

¿Casualidad o estrategia diferida? ¿Quién filtró y por qué? El nombre de Audomaro Martínez, ex titular del Centro Nacional de Inteligencia, ronda entre pasillos y conjeturas. Su silencio es tan elocuente como su eventual capacidad de fuego.

La política mexiquense es un tablero de ajedrez donde los alfiles nunca se retiran sin dejar una trampa. Lo que parece escándalo puede ser también vendetta.

A veces el pasado no regresa: simplemente nunca se fue.

Síguenos

PUBLICIDAD

BOLETÍN

Únete a nuestra lista de correo

Como tú, odiamos el spam

Te recomendamos