El vuelo

“El vuelo”, refiere un vodevil de idiosincráticos personajes. El protagonista, Rafael Asunción Vizcaya, es un joven “emprendedor” que decide dejar de vender mercancía legal para incorporarse negocio del narcotráfico.

Si alguien de la talla literaria de Roberto Bolaño dice “Me gusta mucho lo que hace Sergio González Rodríguez. Con él iría a la guerra”, habría que prestarle más atención a este autor, que siempre mantuvo un bajo perfil entre las luminarias de la literatura nacional.

Periodista y novelista, González Rodríguez mantuvo hasta su muerte, acaecida en 2017, una columna cultural en el diario “Reforma”; además, su labor ensayística le valió premios como el Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez y el Anagrama de Ensayo. 

Pero en esta ocasión me enfocaré en su oficio narrativo: su sexta novela, “El vuelo”, refiere un vodevil de idiosincráticos personajes. El protagonista, Rafael Asunción Vizcaya, es un joven “emprendedor” que decide dejar de vender mercancía legal para incorporarse al entonces pujante y ascendente negocio del narcotráfico (la novela se ubica en la década de los sesenta). Es contratado por José Manrique, alias el Capitán, un expolicía que colabora con la oligarquía, específicamente con alguien con mucho poder conocido simplemente como “el Señor”, para viajar a Panamá con el objetivo de traer paquetes de cocaína. Durante los viajes,  Rafael vive alucinantes experiencias que van relacionando su pasado y su futuro de forma enigmática.

A ellos se suman Andrea Barón, una sexoservidora de quien se enamora Rafael, y Sanvicente de Paula, un aspirante a poeta que termina escribiendo nota roja.

Onírica y umbría, “El vuelo” es una novela que conjuga una prosa constreñida pero revitalizante; es una lástima que González Rodríguez no figure más en el canon de la literatura mexicana.