En entrevista exclusiva para AD Noticias, el entrenador de lucha olímpica de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) fijo su postura y dio su versión sobre las denuncias de acoso sexual y abuso de poder dirigidas por tres estudiantes contra él.
Con 43 años de edad y más de tres décadas dedicadas a este deporte, el entrenador habló sobre las afectaciones personales y profesionales que ha enfrentado desde que estas acusaciones salieron a la luz, enfatizando su inocencia y la importancia de realizar una investigación a fondo del caso.
Entrevista
Pregunta.— ¿Qué puede comentar sobre estas denuncias que se hacen en su contra?
Entrenador: No voy a entrar en especulaciones, lo que te puedo decir es que en todo momento mis alumnos y todos mis alumnos han sido tratados con mucha dignidad y con mucho respeto. El deporte es duro, se requiere mucha disciplina. Yo soy un entrenador muy estricto, hablan por ahí de que es un equipo yo quisiera que se usara sentido común, los atletas que ganan medallas hasta este momento y he tenido convocados para selecciones nacionales, llevan años conmigo, muchos años, no se gana una medalla en un año, en la lucha olímpica, en un año estamos hablando de personas que llevan seis, siete años conmigo, trabajando, entonces también es bien sabido que el deporte nobleza.
P.— ¿Entonces niegas estas acusaciones?
Entrenador.— Sí, claro, yo tengo un equipo grande de personas, incluso personas que estuvieron en la generación de estas otras personas que denuncian, y que ya no están en el equipo. Yo me he mantenido al margen y me iba a separar de manera voluntaria del equipo, lo que dije en un principio, lo hice para que tengan esa apertura y por mi seguridad también yo me retiro del equipo.
P.— ¿Desde cuándo has dejado el equipo y por qué crees que surgen estas acusaciones, ellas hablan de cosas muy específicas?
Entrenador.— Mira, yo no sé de qué hablan exactamente, porque a mí hasta el momento solo había una persona que se encargó de la primera denuncia ante la universidad y fue anónima. Supimos por medio de una de quienes están ahora denunciando y ella le dijo a sus compañeros.
Todavía una de ellas me llevó un pastel el 30 de agosto, me fue a dar mi abrazo de cumpleaños y me dijo “profe, que esté muy bien”, estaba todo el equipo ahí cuando ella llegó con mi pastel y la invité y le dije “pásale, flaca”, vamos a partir el pastel, y me dijo “no, maestro”, tengo que ir a clases y le dije “está bien, chaparrita”.
P.— ¿Cuánto tiempo llevas separado del cargo?
Entrenador.— Apenas un par de semanas, una de ellas fue a un torneo al que yo asistía con el equipo y ahí fue a exigir que me sacaran del evento nacional porque, de hecho, me denunció por acoso, llegó exigiendo que me sacaran diciendo que venía representando y que traía el apoyo de la fundación Tamara Vargas. Le dijeron que hiciera llegar los documentos, que se respetara el protocolo, ya que no se puede solamente sacar a un maestro por una acusación, obviamente.
También en la universidad me preguntaron “oiga, qué está pasando”, y ahí fue donde me enteré de que ella ya había hecho una denuncia, incluso que la había hecho el 4 de noviembre.
P.— ¿Cómo te ha afectado todo esto en lo personal?
Entrenador.— Me ha afectado bastante, anoche tuve que comprar medicamento para dormir, he bajado a raíz de eso 5 kilos en una semana. Imagínate mi esposa, ella está en vela todos los días. Definitivamente, creo que la gente hace cosas sin pensar en lo que puede ocasionar y pienso que se está cometiendo un error grave, porque la maldad no tiene género, ni edad, ni cargos. No porque yo sea el entrenador tengo que ser el malo, ¿en algún momento alguien ha pensado en el entrenador como una persona, como un ser humano? No, nadie. Yo puedo perder mi trabajo, tengo que enfrentar una situación legal y tengo que estar pagando abogados.
Mi esposa no duerme, mis hijos son pequeños y preguntan “oye mamá, van a llevar a papá a la cárcel”. Nadie ha pensado aquí en que el entrenador también es un ser humano y, así como yo, hay muchísimos maestros y entrenadores en la misma situación. No te digo que no hay malos, yo no puedo meter las manos al fuego por nadie, pero así hay muchos casos.
P.— ¿Cómo va este proceso con la universidad, esperas que se investigue y se haga justicia?
Entrenador: — Sí, claro, para mí ha sido muy difícil mantenerme. Imagínate en mi lugar: llegar a la universidad y que todo el mundo te señale y te diga “es acosador”, “oye, ya viste que el profe es acosador”. Imagínate llegar y firmar y darme cuenta de que toda la gente me observa, la gente que me conoce, que es la mayoría, me dicen “ánimo, profe”. Me dicen “nosotros lo conocemos, sabemos que es inocente, ánimo, profe”, pero para mí no es nada cómodo tener que entrar como un avergonzado, una escoria social y salir de la misma manera, porque eso es lo que ha pasado todos estos días. La verdad es que yo quisiera decir “ya, si lo que quieren es mi puesto, si lo que quieran es algo que no tengo idea, entonces ya me voy, estoy cansado”.
P.— ¿Cuántos años llevas en la universidad y alguna vez habías tenido otro problema como este?
Entrenador.- Llevo 8 años y no, nunca había pasado por una situación así, apenas ahora.
P.— También ha habido acusaciones de que cuando están luchando hay mucha rudeza, tocamientos.
Entrenador.— Sí, también lo escuché, y no, de ninguna manera. Y por qué si dicen que yo les hacía esto, por qué desde un principio no dijeron nada.
P.— ¿La fundación Tamara Vega, que apoya a estas jóvenes, se ha acercado a ti?
Entrenador.— No, de ninguna manera. Es lo que te digo, en qué momento han pensado en que el entrenador es una persona y también tiene una vida. Hablamos mucho de esto de que antes de ser estudiantes son seres humanos, pero también los entrenadores y los profesores, antes de cumplir ese rol, somos seres humanos, tenemos familia, en ningún momento la fundación Tamara Vargas se ha acercado conmigo.
P.— ¿Qué esperas que suceda ahora con esta investigación?
Entrenador.— Yo espero que las cosas se aclaren, que la verdad salga a flote. Siempre he considerado que es más fácil creer una mentira, pero la verdad siempre tiene que salir a flote. Entonces obviamente lo que yo espero es que las cosas se aclaren y sean como tienen que ser.
P.— ¿Por qué crees entonces que te están acusando?
Entrenador.— No quiero especular en las cosas que ellas puedan pensar. No tengo idea, todo este tiempo he estado tratando de pensar qué las motiva o que los motivó a hacer eso. Hay muchos contextos sobre qué los motivó, pero no me corresponde a mí hablar sobre eso, no quiero pensar, trato de no pensar ahora en qué las motiva. Ahora mi prioridad es mi familia. Mi prioridad es mi esposa, mis hijos. Por eso tiene que aclararse, no me estoy ahí quebrando la cabeza de qué las motiva, no sé si tienen conciencia realmente de lo que están haciendo porque todo lo que ellas dicen tendrán que soportarlo, tendrán que demostrarlo y comprobarlo, entonces no pienso especular en lo que ellas puedan pensar o en por qué lo hicieron.
El caso sigue abierto y las autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de México han fijado que su compromiso es con la justicia y el bienestar de la comunidad universitaria. La UAEMex señaló que no tolerará ningún tipo de violencia o abuso en sus espacios, al tiempo que subrayó su respeto por la presunción de inocencia del acusado mientras las investigaciones siguen su curso.
Se espera que la resolución de este proceso aporte claridad y garantice la protección de los derechos de las denunciantes y los del entrenador.

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