Feminicidios, producto social

Toluca, México; 3 de enero de 2019. Los asesinos de mujeres no son criminales seriales o delincuentes famosos, son familiares cercanos: esposos, amigos, compañeros de trabajo o vecinos. El psicoterapeuta Luis Javier Villegas González, adscrito a la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México, menciona que “no hay […]

Toluca, México; 3 de enero de 2019. Los asesinos de mujeres no son criminales seriales o delincuentes famosos, son familiares cercanos: esposos, amigos, compañeros de trabajo o vecinos.

El psicoterapeuta Luis Javier Villegas González, adscrito a la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México, menciona que “no hay características de la personalidad que nos puedan hacer determinar a un feminicida”.

Según Villegas, el asesino de mujeres padeció durante su infancia una historia de maltrato que determina la calidad de sus relaciones interpersonales: “una persona que es capaz de agredir o matar a una mujer tiene una historia de maltrato o de violencia”.

 

 

Sobre este mismo tema, la doctora Patricia Román Reyes, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Estado de México, coincide en que “no existe el perfil de un feminicida”, no obstante, indica “que existe un perfil de la sociedad que genera feminicidas […] por elementos sociales, culturales y judiciales”.

La doctora sostiene que el incremento de los feminicidios en la entidad se debe a la falta de políticas de igualdad de género, con una sociedad patriarcal basada en usos y costumbres que genera la concepción de que “las mujeres valemos menos y no tenemos los mismo derechos de los hombres, que van construyendo la idea de que a las mujeres se les puede matar sin que haya mayor consecuencia”.

Patricia Román Reyes dijo que el feminicidio surge en la infancia: “un niño que crece golpeando a una niña y que cree que está bien que lo haga. La mujer lo acepta como señal de interés de cuidado”, por lo que, argumenta, en la mayoría de los casos la violencia y las muertes de mujeres son en manos de sus familiares: “la maté porque la quería”.

 

 

Incluso, indica, la sociedad justifica el asesinato de mujeres: “lo primero que ocurre cuando una muere o desparece es averiguar cómo iba vestida, a qué hora salió… eso no sucede con los hombres”.

El feminicida de Ecatepec -quien fue aprendido el pasado seis de octubre, cuando, junto con su pareja, transportaba restos humanos en una carreola y, quien confesó el asesinato de al menos 20 mujeres- puntualizó que su odio hacia las mujeres estaba relacionado con su madre, que lo vestía de niña y lo obligaba a observar como sostenía relaciones sexuales con diferentes hombres.

Al respecto, el psicoterapeuta Luis Javier Villegas manifestó que el conocido “Monstruo de Ecatepec” tenía conciencia de que no está bien matar a la mujeres  e indica que para él era suficiente que ellas fueran amables, lo que despertaba un ola de violencia en contra de ellas. 

En ese sentido, añadió que no se puede calificar como un asesino serial, sino como una persona con un perfil psicótico: “son motivaciones psicóticas que tienen que ver con grandes trastornos  del pensamiento, un pensamiento delirante, alusiones, justificar la forma de reaccionar tan desactivada, por que lo mismo podía matar a una que a otra, cualquier mujer que estaba cerca podría ser potencialmente víctima”. 

 

Feminicidio en Edoméx

Las mujeres víctimas de feminicidio en el Estado de México son asesinadas, generalmente, por asfixia o estrangulamiento; es la primera causa de muerte por la que fallece una mujer, así lo indican reportes de la Fiscalía General de Justicia Mexiquense (FGJEM).

Le siguen lesiones por arma de fuego y traumatismo cráneo encefálico. Como tercera causa se ubican las heridas con instrumento punzo cortante y en cuarto lugar se posicionan las quemaduras.

Hasta noviembre de 2018, la FGJEM contabilizó 107 feminicidios en el estado. De esta cifra se conoce la identidad de 98 mujeres. Mientras que de 9 de ellas, no se tiene rastro alguno. Por este delito, la Fiscalía contabiliza 103 carpetas de investigación en lo que va del año.

Los municipios que se mantienen como punteros son: Ecatepec, con 15 feminicidios; Nezahualcóyotl, con 11; Tecámac y Zumpango con 8;  Chimalhuacán con cinco y Chalco con cuatro. 

De las localidades anteriores, sólo Tecámac y Zumpango no cuentan con Alerta de Violencia de Género, programa impulsado desde julio de 2015 por el entonces gobernador de la entidad Eruviel Ávila Villegas para  prevenir, erradicar y sancionar la violencia en contra de las mujeres. 

En México, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública puntualiza que se han cometido 706 homicidios contra mujeres hasta el 31 de octubre de 2018, de los cuales, el Estado de México ha registrado 81 muertes, cifra que coloca a la entidad como el segundo estado en donde más se les asesina a ellas, por debajo de Veracruz, que suma una muerte más como diferencia.

El Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios (OCNF) manifiesta que las mujeres de entre 15 y 30 años tienen más probabilidad de ser asesinadas que de contraer una enfermedad crónico-degenerativa.

 

Feminicidio y homicidio doloso 

El Código Penal mexiquense conceptualiza el homicidio doloso cuando se realiza con premeditación y “conociendo los elementos de tipo penal o el resultado”. El homicidio doloso de una mujer se tipifica como feminicidio cuando se comete “como resultado de violencia de género, pudiendo ser el sujeto activo persona conocida o desconocida y sin ningún tipo de relación”,  según el artículo 245 de la legislación estatal vigente. 

La penalidad por el feminicicio será de 40 a 70 años de prisión o prisión vitalicia y de setecientos a cinco mil días multa. Es necesario que las muertes estén asociadas a exclusión social, discriminación, subordinación o explotación por parte de un sujeto. Asimismo, debe haber indicios que reflejen que sufrió violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar. Además de signos de violencia sexual, mutilaciones, lesiones o actos de necrofilia

Cada feminicidio tiene una historia, un rostro, un nombre, algunos son conocidos pues se volvieron mediáticos, otros ya fueron olvidados…