Toluca, Estado de México; 6 de octubre de 2019. Entre flores, carros alegóricos y diversos ritmos musicales, cientos de personas, entre ellas varias ataviados con máscaras y vistosos disfraces, tomaron las calles de San Francisco Tlalcilalcalpan, municipio de Zinacantepec, para festejar a su santo patrono, San Francisco de Asís.
Aunque esta fiesta comenzó el pasado de 20 de septiembre y concluirá este lunes 7 de octubre, los paseos iniciaron apenas el sábado: “Empezamos ayer (sábado) a la una y terminamos a las siete de la noche. Mañana (lunes) es desde las nueve, y a veces a las dos o tres de la mañana vamos llegando”, explica uno de los organizadores.
“ ¿Y por qué es paseo de locos, oiga? Pues porque San Francisco estaba loco, dejó todas sus cosas para seguir el camino de Dios- ”, cuenta uno de los que participan en el paseo, mientras se limpia el sudor que el sol del mediodía le siembra en la frente.
Dice otra voz que escucha la pregunta que San Francisco era muy rico “y se hizo pobre para darnos el ejemplo”. Esta voz, que corresponde a uno de los mayordomos de la festividad, también explica que los disfraces de animales se usan en alusión a que el santo convivía mucho con ellos.
Entre la multitud, semejante a María Magdalena, una viejita se encarga de ofrecer botellas de agua a los locos, quienes le agradecen la atención y se reincorporan a la caravana, para que no los dejen en el camino. Hay otros más que, rebasados por la refrescante cerveza, ya no pueden mantenerse en pie.
Los pasos empiezan a arrastrarse, pero la promesa de la comida hace que los “locos” recobren fuerzas. Entonces su andar se torna de nuevo vigoroso y festivo. Don Jaime Hernández, otro de los mayordomos, menciona que antes se le daba de comer a cada uno de los participantes, pero, “gracias a Dios, la fiesta ha crecido mucho y por eso ahora cada comparsa trae sus propios alimentos”.
“Pero nosotros como mayordomía hacemos comida para la gente que nos está apoyando, que se llaman vasallos, hacemos comida para todos los de la banda, para los payasos y eso es lo que se ofrece”.
Luego de la comida, programada para las dos de la tarde, el recorrido continuará por otras calles de la comunidad, para que “a eso de las seis de la tarde, regresemos con el santo a la parroquia”, detalla Jaime Hernández.
Aunque no hay detalles acerca del origen de esta festividad, se cuenta que este ya tradicional paseo data de finales del siglo XIX, cuando los trabajadores de algunas haciendas ubicadas en las inmediaciones del pueblo, organizaban recorridos para agradecerle al santo de Asís. Con el tiempo, este trayecto se convirtió en una colorida mojiganga que se inserta dentro de una celebración que dura más de 15 días.
Cada año, la participación y ánimo de la gente son de los ingredientes principales para que la fiesta en honor de San Francisco de Asís prevalezca.