Para que los partidos políticos reciban un financiamiento público acorde a la realidad económica del país es necesario ajustar la fórmula, y hacer el cálculo tomando como base el número de votos y no el padrón electoral, porque esto último les asegura el crecimiento de sus recursos todos los años, monto que para el Estado de México es el más alto del país.
El exconsejero electoral y especialista en la materia, Juan Carlos Villareal Martínez, puntualizó que esto no necesariamente significaría darles menos dinero, sino que la cantidad sea acorde con el trabajo y nivel de convencimiento que demuestren a los electores, para que estos acudan a las urnas y participen en cada elección.
“Existe una fórmula que sería más acorde a la realidad: sustituir el número de electores por el número de votantes o participantes en la última elección. Sería un premio, en votaciones altas habría más financiamiento, y cuando sean votaciones bajas, sería menos dinero; lo cual generaría un círculo virtuoso” consideró.
Actualmente, el financiamiento público de los institutos políticos se calcula con base en el resultado que se obtiene de multiplicar el 65% de la Unidad de Medida de Actualización por el número de electores. El 30% se distribuye de manera igualitaria entre todos los partidos, y el 70% restante de acuerdo a los votos obtenidos en la última elección.
Eso garantiza el crecimiento de los recursos destinados a los partidos todos los años, por la actualización de la UMA y el crecimiento natural del padrón electoral de la entidad, el cual representa el 13% de todo el país.
En 2010, con una lista nominal de 10.2 millones de electores los partidos obtuvieron 277.4 millones de pesos para su sostenimiento. Este 2020, con 11.9 millones de ciudadanos inscritos en el padrón, les tocan 697.2 millones, es decir 151% más en sólo 10 años.
A diferencia de la propuesta de Morena, que pide bajar el financiamiento 60% de manera permanente, el planteamiento de Juan Carlos Villareal es que este monto sea en función de sus logros.
Esto implicaría que en lugar de tomar como base los 11.9 millones de electores se usen los 7.9 millones que votaron en 2018. Bajo estas reglas el financiamiento de este año sería 36%, de sólo 446.1 millones de pesos en lugar de los 697.2 millones que les aprobaron para este año.
Los resultados electorales de 2018 impactarían no sólo las elecciones del 2019, sino las del 2020 y 2021. En este caso con un nivel de participación de 65% y para el 2022, se tomarían como base el nivel de participación de las elecciones de diputados de 2021.
Si votara sólo la mitad o menos, en esa proporción bajarían las prerrogativas de los partidos, quienes tendrían la tarea de hacer más trabajo en campo para incentivar la participación, sin que nadie le apueste a una baja asistencia para resultar beneficiado con el triunfo.
En la entidad, el nivel de participación ha sido variable y 2019 ha sido la elección con mayor asistencia a las urnas, de 68%, pero se han registrado años con muy pocos votos. En 1999 sólo el 46.9% expresó su opinión, en 2005 el 42.7, en 2006 el 43% y en 2011 el 46.1%.