Pocos como Francisco Sarmiento influyeron en las decisiones de Alfredo del Mazo a lo largo del sexenio. Sin duda, fue hasta el final uno de los hombres fuertes del gobierno. A él se atribuye, junto con otros, la creación del Salario Rosa y la construcción de la candidatura de Alejandra del Moral. Se irá del Estado de México con saldo ganador, económicamente le fue muy bien, evitó escándalos y cosechó muy pocos rencores. Polithink, la consultora que dirige su paisano y socio oaxaqueño, Ricky Arango, será quien mueva su nueva causa.
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El resquemor de Juan Pedro García hacia Francisco Sarmiento no es nuevo, se fermentó a lo largo del tiempo. De hecho es explicable, Sarmiento fue quien le cerró el paso cuando Juan Pedro soñó con control el PRI estatal. No solo eso, también logró que Alfredo del Mazo dejara de escucharle. Por eso se fue y no recibió el dinero que pedía. Que hoy Juan Pedro lo señale como uno de los responsables de la derrota, es entendible.
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La idea de crear un partido estatal con la base social del PRI y jóvenes, excluyendo a la nomenklatura, se escucha bien y puede resultar atractiva, sobre todo para los nuevos cuadros del tricolor que se quedaron en espera de una oportunidad. El tema se conversa, hasta con vehemencia, y puede dar paso a un movimiento de separación, no cosmético como el de Hidalgo, sino realmente profundo.
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Por lo que se ve y escucha, parece que han dejado de respirarle al cuello al secretario de Finanzas, quien ha encontrado la calma suficiente para continuar preparando una entrega ordenada, trasparente y sin sobre saltos. El asunto de la supuesta salida de dinero con facturas de empresa fachada, cayó por su propio peso y no ha trascendido más allá del desagradable escándalo mediático. Veremos.
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En la Secretaría de Seguridad hay nerviosismo en todos los niveles de mando. El más tranquilo, quién lo dijera, es el titular Rodrigo Martínez-Celis, pero de ahí para abajo todos andan con cara de angustia por lo que puede venir. Muchos han optado por emprender la graciosa huida de una buena vez, colocando motu proprio la renuncia bajo la premisa de «mejor aquí corrió que aquí quedó». El agua le ha llegado a los aparejos a “La Hermandad”, dueña y controladora de la seguridad pública y amos de las cloacas.