Toluca, México; 6 de abril de 2019. El futbol es una representación de lo ocurre en el mundo. En este deporte existen la fraternidad, la unidad y la sana competencia, pero también existen el racismo, la corrupción y el sexismo. Las mujeres han sido históricamente relevadas de muchas actividades que se consideran propias de los hombres.
El futbol es un deporte-espectáculo que mueve millones de dólares en el mundo. Para el mundial de 2026, en el que México será sede compartida con Estados Unidos y Canadá se esperan ganancias de hasta 14 mil millones de dólares. El jugador brasileño Neymar fue traspasado del Barcelona al Paris Sainy German por la humilde cantidad de 222 millones de euros. Estas cifras son un poco distantes a los mil 500 pesos mensuales que cobraba Alicia Cervantes Herrera, ahora ex jugadora del Atlas de Guadalajara a quien “El club fijará los horarios de entrenamiento, prácticas, y horas en los que la jugadora deberá estar a disposición del club para su participación en partidos que deba cumplir la jugadora”
En Toluca el futbol femenil fue bien recibido. En su primer año, se registraron entradas de hasta 13 mil asistentes contra el América, en esa ocasión esa cifra fue mil personas menor que el partido más bajo de la Liga Mx. México sostuvo el record mundial del mayor número de asistentes con 51 mil 211 para la final entre Rayadas y Tigres Femenil. Actualmente las entradas no superan los mil espectadores –tal vez por el cobro de entradas, en un principio eran gratuitas–, pero el torneo se mantiene.
Las mujeres han ganado terreno en actividades que se consideraban restrictivas para los hombres. La halterofilia, el boxeo y el futbol son deportes “masculinos” en los que las mujeres –las mexiquenses entre ellas– han triunfado dando grandes alegrías.