Tuve la oportunidad de visitar el Museo Taller Luis Nishizawa por la noche. En esa casona de finales del siglo XVII, pude realizar algunas fotografías con la técnica fotográfica fisiograma, popularmente conocida como light painting o pintar con luz.
Con ayuda de series de luces y fibra de acero, pinté con luz los pasillos y cuartos de uno de los museos más icónicos de la ciudad de Toluca.
Las imágenes quizá nos puedan invitar a preguntarnos qué es la fotografía, ya que esos destellos de luz no se pueden observar con nuestros ojos de manera natural. Necesitamos un aparato (la cámara) para lograr verlos.
La fotografía como una vía de la creación y, al mismo tiempo, de la mentira.
Por otro lado, observar este tipo de espacios por la noche es particularmente especial. Da una sensación de calma, solo se escucha el viento, las campanas de Catedral y uno que otro coche.
La fotografía como una invitación para visitar los lugares retratados.
Cuando terminé de tomar esas fotos en el museo, pasé por la Plaza de los Mártires y tomé algunas otras fotografías con la misma técnica. Quizá las chispas de luz que se logran con la fibra de acero rememoren a los cien prisioneros insurgentes que fueron fusilados en ese espacio.
La fotografía como conmemoración.
Ojalá podamos, sin miedo y con seguridad, visitar nuestra ciudad de noche.
Texto y fotos: Carlos Escutia