Mujeres taxistas en la capital mexiquense son pocas y, entre ellas, destaca la actividad de Susana González García, quien desde las seis de la mañana se pone tras el volante, con una sonrisa que refleja las buenas vibras que cosecha cada mañana como conductora.
A pesar que el estereotipo señala que el trabajo de taxista es exclusivo para hombres, Susana ha demostrado que las mujeres pueden desenvolverse en todos los ámbitos. Ella expone que no ha sufrido discriminación y que los clientes, al verla detrás del volante, se sienten seguros.
Explica que los pasajeros, cuando suben a su taxi, comentan que nunca les había tocado una mujer como conductora. Incluso, cuando sus pasajeros son hombres, exaltan su valentía por trabajar de taxista.
Ella trabaja en una base junto a otras dos mujeres y, gracias a lo que obtiene de sus viajes, puede consentir a sus tres hijas, a su esposo, sus tres nietos y preparar sorpresas para dos más que vienen en camino.