Los signos vitales del PRI corresponden a los de un enfermo que ha salido de un infarto

Los signos vitales del PRI corresponden a los de un enfermo que ha salido de un infarto
Mover al elefante es costosísimo

El cálculo optimista para el presupuesto de egresos del próximo año es que crezca 8 por ciento para que ronde en 380 mil millones de pesos, una barbaridad de dinero que ningún otro estado de la República tiene a disposición. Más que disponer de más dinero, el reto será el de gastarlo de manera más eficiente.

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El primer desafío deberá ser la depuración de la nómina que, para este año, tiene presupuestados 161 mil 466 millones de pesos. En nada gasta más el gobierno que en salarios. Mover al elefante es costosísimo.

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Los signos vitales del PRI corresponden a los de un enfermo que ha salido de un infarto. Está en terapia intensiva y el próximo año tiene que correr un maratón. En unos cuantos meses, deberá renovar a su dirigencia estatal e iniciar los trabajos internos para la selección de candidato. No ha tenido tiempo ni para la reflexión profunda de lo que pasó y ya debe ponerse creativo para lo que viene. Que agotar.

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Que no cunda el pánico, Delfina tendrá su constancia de mayoría más pronto de lo que quisieran los maloras que impugnaron su triunfo. El ascenso de la maestra a la titularidad del Poder Ejecutivo del Estado de México es inevitable en acatamiento al mandato popular expresado mayoritariamente en las urnas.

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Las peores calificaciones del gabinete se las lleva la secretaria del Campo, Leticia Mejía. En todos los indicadores de desempeño resulta reprobada. Poco se habla del depauperado sector agropecuario estatal, quizá sea porque casi todo es decepcionante.