En Honduras como en la mayor parte de Centroamérica las pandillas como la Mara Salvatrucha se han apoderado de las ciudades; cientos de personas salen de sus países ante el miedo hacía los grupos o la presión de pertenecer a ellos.
México se ha convertido en el principal destino de miles de centroamericanos que huyen, sí de la violencia callejera, la inseguridad pero sobre todo la pobreza de su país. Su destino final: Estados Unidos, aunque antes hay que pasar por uno de los terrenos “más hostiles”, la república mexicana.
Decenas de migrantes hondureños han quedado varados en varias ciudades del país en su tránsito hacia la unión americana . la zona norte de Toluca se ha convertido en el hogar de estos hombres, mujeres y niños.
Al amparo de La Maquinita, entre las avenidas Isidro Fabela y Alfredo del Mazo, los hondureños salen cada día a pedir limosna para seguir su viaje.
"Hace poco que me deportaron y voy para los Estados Unidos otra vez; ya tengo como 14 días que salí de mi país ya; estuve en San Antonio, Texas. De ahí me deportaron, me regreso migración”, dice Jorge, un guatemalteco que pasa entre los autos pidiendo ayuda.
Con una mochila a las espaldas, espera sacar un poco más de dinero, subir a la Bestia (el tren que cruza el país hacia el norte), y poder encontrar a un buen pollero que lo pase al otro lado.
“Hice nada más mi casita para mis hijas en Honduras, pero de nada me sirvió porque ya perdí la casa porque los de las pandillas me quitaron la casa y pues me salí con mi familia; a hora me las traje porque me querían matar con todo y mi familia allá en Honduras, porque querían que vendiera droga para ellos. La Mara son los que gobiernan todo Centroamérica y más en Honduras", dice Salvador al que acompaña su esposa de 24 años de edad y una niña de dos que carga la mujer.
Su paso por Toluca es de solo un par de días, coinciden unos 15 centroamericanos que piden limosna, ayuda. Aunque algunos han hecho de eso un estilo de vida, y llevan meses en la zona recolectando dinero.
La mayoría viene de Veracruz, en La Bestia y llegan hasta Sonora.
"Nosotros ya tenemos dos noches aquí y queremos agarrar el tren que va para Celaya, aquí pasa La Bestia; hay unos que no salen seguido, unos cada tres días o cuatro".
Sobreviven gracias a “la ayuda” de otras personas. "Vamos a pedir a las casas aunque sea un taquito, a veces nos ponemos en un semáforo, veíamos a mucha gente que pide, si nos dan si nos ayudan" señala Mayara, una mujer hondureña que está con su nocio “de paso por México”.
Algunos viven en vagones semiutilizados que estacionan en la zona. Otro más en refugios que hicieron algunos de sus compatriotas que pasaron por aquí antes que ellos.
En los estados del centro de México, dicen, no tienen problemas con autoridades locales. "La policía no nos molesta, al contrario nos ayuda, claro que llegando Migración sí nos deportan”.
Todo el día, desde las siete de la mañana, un grupo de centroamericanos, toma las calles aledañas a La Maquinita, en Toluca; una estación más, antes de buscar el sueño americano que hoy, para muchos, podría ser una nueva pesadilla ante las políticas de los Estados Unidos.
Síguenos