Hará falta Adrián Luis González, uno de los artesanos mas grandes de Metepec

Hará falta Adrián Luis González, uno de los artesanos mas grandes de Metepec
El artesano reconocido a nivel internacional falleció a causa de una neumonía, producto del covid-19

La casa de Adrián Luis González está llena de artesanías, es emblemática de Metepec por varias razones: la presencia del maestro era una de ellas. Hoy, la casa del maestro Adrián no tendrá más su calidez, con la que él recibía a los invitados, compradores y turistas: el artesano reconocido a nivel internacional falleció a causa de una neumonía, producto del covid-19.

El maestro Adrián tuvo 12 hijos de los cuales sobreviven seis y sólo uno de ellos, Miguel Ángel González Mesillas, se dedica a la artesanía; es él, Miguel, quien cuenta que desde los cinco años su padre hacia figuras pequeñas, cazuelas, jarros y ollas para venderlas con su abuelos en el 16 de septiembre. Antes de dedicarse de lleno a la artesanía el maestro Adrián estuvo en la ahora ciudad de México, trabajó como zapatero.

Antes –explica Miguel– la artesanía no se valoraba como ahora, y para el maestro Adrián llegar a ser un artesano reconocido no fue fácil: las compras las realizaban generalmente extranjeros, los productos eran llevabados a la frontera para consumo de extranjeros.

Actualmente, la artesanía ha ido evolucionando, dice Miguel, hoy en día la calidad y las técnicas han mejorado; en un momento determinado Diego Rivera y Frida Kahlo dieron un impulso al realizar compras de las artesanías mexicanas, aunque son los propios artesanos que han buscado estudiar técnicas, mejorar, profesionalizar su trabajo; hoy muchos artesanos, además, han estudiado artes plásticas u otras cosas.

La casa del maestro Adrián, en la calle de Galeana, fue construida poco a poco, en cuarenta años; actualmente guarda muchas piezas, algunas de ellas elaboradas específicamente para la casa: en la cocina hay una última cena, la cocina tiene mosaicos de barro, una de las recámaras guarda una cabecera de barro, hecha para una de las hijas del maestro Adrián.

Miguel afirma que en la generación de artesanos de su papá se comenzó a tener un concepto distinto de la artesanía, él empezó a hacer un trabajo más fino, lo que le valió ser ganador de varios concursos; en los años setenta fue a Washington, enviado por el entonces Fonart, fue también a Alemania, en Münich, era el único artesano de América.

Al maestro Adrián le costó mucho trabajo hacerse de un nombre, pero una vez que lo hizo se dedicó toda su vida a ello, hasta los últimos años que se fue alejando del trabajo por diversas causas, entre ellas, un padecimiento de la columna.

Aunque su conocimiento como artesano fue transmitido, duramente y a golpes, a Miguel, dicha disciplina estricta fue lo que lo formó; desde los trece años aprendió lo que sabe y formó, también, su carácter. El maestro Adrián, considera Miguel, innovó en cuanto a técnicas y colores y, en su tiempo, fue uno de los mas grandes artesanos de Metepec y “hará falta”.